El pasado domingo se disputó el segundo encuentro de las semifinales de la ACB entre Tecnyconta Zaragoza y Barça Lassa. Tras una victoria arrolladora por 42 puntos del Barça Lassa, lo que se vio el otro día no tuvo nada que ver. El Tecnyconta salió a morder en todos los aspectos y dieron una imagen impecable en el primer cuarto. Para mí, gran culpa de esto la tuvo Nemanja Radovic, no sé si él sólo o su hermano gemelo ya que por momentos el montenegrino se multiplicaba en la pista.
Los de Pesic se dieron cuenta de que si no subían el nivel de intensidad, el partido se les iría de las manos. Y así lo hicieron en unos minutos en los que los maños estaban jugando con un quinteto de peor nivel aparentemente. Esto les permitió recortar distancias y meterse completamente en partido. Más allá de los múltiples errores humanos que se pueden cometer, los primeros 20 minutos transcurrieron sin que los árbitros absorbieran el protagonismo. La segunda parte fue otra cosa. Por un lado, daba la impresión de que el baremo utilizado para medir las protestas de ambos banquillos era distinta. El criterio cambiaba según el color de la corbata del técnico que protestaba. Aun así, habrá sido casualidad. Fueron pasando los minutos y con el fue aumentando el protagonismo de los de naranja.
Yo creo que la cosa terminó por verse del todo con el triple de Okoye. El nigeriano recibe liberado y justo antes de armar el tiro que terminó entrando, Hanga hace una falta sobre Vázquez intentando salir a puntear el tiro a Okoye. Entonces, los colegiados se acercaron a la mesa con el fin de revisar la acción. Hagan sus apuestas caballeros, estoy seguro que ninguno de ustedes hubiera acertado en lo que dictaminaron los árbitros. Falta de Hanga, tiro de tres puntos no válido y saca de banda el conjunto local. Estos, con una canasta de 2 puntos vuelven a alejarse del Tecnyconta Zaragoza. De este modo, de un posible +3 a un -2. Son 5 puntos que se marchan en una simple decisión.
Creo que por cosas como éstas es innegable lo determinantes que fueron los árbitros en el devenir del encuentro. Con el fin de lograr la épica los de Fisac volvieron a subir el nivel de intensidad. Los de Pesic hicieron lo mismo. Unos minutos en los que hubo de todo y se pitó poco. «Demasiada gente sale con sangre y aquí no pasa nada» dijo el mismo Porfirio a Lucio Angulo al final del partido. Cada uno que saque sus propias conclusiones. Las opiniones son como las narices, cada uno tiene una. De momento, habrá que esperar hasta el tercer partido para ver que pasa. De seguro, se dará guerra en un pabellón que tendrá a muchas más de 5.891 personas animando.
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