Una Argentina dubitativa y con nula idea de fútbol logró sacar el empate ante Paraguay. En el marco de la segunda jornada de la Copa América Brasil 2019.
Las acciones del certamen continental se trasladaron al mítico Mineirao, estadio donde se gestara la paliza que propinó Alemania a Brasil en el ya lejano 2014.
Los argentinos pueden dormir tranquilos esta noche, ya que la catástrofe se pudo capitalizar por parte de los paraguayos, ya que dejaron escapar una victoria casi segura.
Y es que una dubitativa Argentina de la mano del astro Lionel Messi no logró convencer que estarán en la final del torneo. Dejaron prendida una esperanza y todavía pueden ver la luz al final del túnel gris que parece ser el destino albiceleste.
Las acciones comenzaron de manera «fácil» para los dirigidos por Eduardo Berizzo, y es que no se necesita mucho para atascar a una Argentina que no tiene energía, idea o la menor idea de fútbol de conjunto.
Fue suficiente con acomodar sus piezas de manera escalonada al estratega guaraní para que el mediocampo y su lectura del juego dieran fruto.
Una descolgada espectacular por parte de Almirón que por piernas dejó atrás a Pereyra. El ofensivo paraguayo lanzó un pase desde la pradera izquierda de 90% de gol para que Richard Sánchez conectara raso, colocado y con mucho veneno al poste más lejano del arquero de River Plate para sentenciar el 1-0.
Una estaca que caló onda en la honra pampera, que tardarían en despertar de su letargo.
Antes del descanso el Franco Armani no logró hacer una buena recepción a un pase de rutina, contagiado por el nervio y la mala racha de sus compañeros tuvo que cometer una falta que le pudo haber costado la tarjeta roja al cancerbero albiceleste. Para la parte completaría la lectura y modificaciones de Scaloni no se hicieron esperar y mandó a la cancha a Sergio Agüero, para desempolvar el ataque pampero.
En el segundo tiempo las cosas se tornaron más amables para los de Scaloni, ya que un desborde por parte del ‘kun’ logró impactar el larguero con un remate potente de Lautaro Martínez, que complementó el atajadon de Fernández a Messi.
La sala del VAR no hizo esperar y con su ocarina el árbitro Leodan González que revisarían la jugada ya que se había detectado una posible mano de Piris en el remate de Lautaro.
El colegiado consideró que aquello debía ser sancionado con la pena máxima, y, desde los 11 pasos Messi marcó el empate a un tanto por bando. Con el transcurrir de los minutos las acciones tomaban un nivel más extremo, ya que ambos cuadros estaba urgidos por la victoria.
Poco tiempo después no hizo falta acudir al VAR para sancionar el claro e infantil error de Otamendi, que cometía una falta dentro del área sobre Derlis González.
Fue el propio atacante rojiblanco que cobró la pena máxima simplemente para vestir de héroe al portero albiceleste.
Desde estas acciones al final de partido ya no pasaron acciones más claras de peligro para ambas escuadras, salvo algunas jugadas individuales de Messi que no pudo encontrar un compañero que las terminara.
Almirón, por su parte se mantuvo implacable siendo catalogado el mejor de su escuadra; hizo tener en jaque a una defensa argentina que parecía de papel.
El cambio albiceleste se parecía beneficiar cuando el ‘fideo’ Ángel Di María entró al terreno de juego, cosa que se fue desvaneciendo como el tiempo de juego.
Para los argentinos ahora resta jugarse el todo por el todo ante los qataríes, que no lo han hecho tan mal en este certamen del que son invitados.
Un triunfo ante Qatar dejaría todas las posibilidades latentes de seguir con vida en la justa, y con un Lionel Messi ansioso de regalarle una satisfacción a su nación en tierras cariocas.