Extremadamente complicado su fichaje, sí. Pero lo cierto es que en el Sporting de Gijón no se tira aún la toalla por Óscar Trejo. El argentino, de 31 años, apura muy seguramente sus últimos días en el Rayo Vallecano. La falta de confianza de Paco Jémez, que prefiere a José Ángel Pozo para desempeñar el rol que el argentino tuvo en el último ascenso de los franjirrojos a la máxima categoría, hacen que el argentino se acerque cada día que pasa a su último en Vallecas.
Ahí es donde entra el Sporting, que desde hace muchas semanas intenta convencer a Trejo. En Gijón están convencidos de que es el jugador idóneo para ocupar ese rol de ’10’ que José Alberto López demanda para su próximo proyecto. Un jugador de una calidad fuera de toda duda, que ya jugó en Gijón entre 2011 y 2013, que aporte calidad y dinamismo al ataque rojiblanco. No obstante la operación tiene tantas aristas que lograr llevarla a buen puerto parece una auténtica misión imposible.
La primera de ellas es que, como es lógico, el Rayo Vallecano no le va a dar la carta de libertad a Trejo para reforzar a un rival directo. Tampoco parece dispuesto a negociar un traspaso, por lo que el Sporting debería abonar el importe de su cláusula (que se estima está en torno a los 550.000€ tras el descenso). Una cantidad que, a día de hoy, el Sporting no dispone para desembolsar, pero que sí podría disponer de ella más adelante si efectúa algún traspaso.
Una vuelta a Argentina está descartada
Pero la realidad es que el Sporting tampoco ha convencido aún al verdadero protagonista. Óscar Trejo ha descartado, según MARCA, volver a su país. Estudiantes de la Plata y Talleres de Córdoba le tentaban con buenas ofertas. También tiene sobre la mesa propuestas de Asia y una de México, muy potente en el plano económico, pero el país azteca no parece ser del agrado del argentino.
Lo único que parece claro es que su continuidad en Vallecas tiene una pronta fecha de caducidad. También que el Sporting no tira la toalla y suspira por un regreso de Trejo a Gijón. Una posibilidad que es, por ahora, muy lejana.