Borrón y cuenta nueva. La temporada 2018-19 fue un desastre para los intereses del Club Gimnàstic de Tarragona. La falta de goles, la inestabilidad de la plantilla y rendimientos por debajo de las expectativas culminaron en un doloroso descenso. Después de cuatro años compitiendo en la categoría de plata del fútbol español, el conjunto tarraconense cayó a los infiernos y, la próxima campaña, deberá competir en Segunda División B.
Las cosas no se habían hecho bien y, como es costumbre en estos casos, la fisonomía del club cambió por completo en un abrir y cerrar de ojos. Los aficionados quizás estén de vacaciones, pero las oficinas trabajan más duro que nunca. La confección del ambicioso nuevo proyecto solo tiene un objetivo en mente: el ascenso. Cualquier otra cosa será considerada un fracaso.
Bajas, bajas y más bajas
A mediados de junio, se anunció que una friolera cifra de 17 jugadores abandonarían la disciplina grana al finalizar la temporada vigente. Jugadores como José Kanté, Luis Suárez, Imanol García o Pipa, fijos en las rotaciones del entonces técnico Enrique Martín, se despidieron de la ciudad de Tarragona para volver a sus clubes de origen. Por otro lado, Isaac Becerra, Ike Uche, Miguel Palanca, Thioune, Antonio Cotán y el capitán, Abraham Minero, finalizaron su vinculación contractual y se convirtieron en agentes libres.
La oleada de pérdidas no se limitó al terreno de juego. Enrique Martín -quien descubrió que no seguiría en el banquillo grana jornadas antes de terminar la temporada, con el descenso ya confirmado-, Alfredo Sánchez y Javi Ramos pondrían punto y final a su etapa al frente del Nàstic tras ocho meses de arduo trabajo. Además, Santi Coch y Manolo Martínez, miembros del cuerpo técnico, también abandonaron el barco.
Bartolo, Parés y el #ADNàstic
Después del estrepitoso fracaso de la anterior campaña, era necesario presentar un Nàstic nuevo y fresco. O, quizás, no tan nuevo como parecía. La directiva decidió apostar por recuperar la identidad que se había perdido en los últimos años: el ADN Nàstic (o #ADNàstic, como es conocida la campaña iniciada en redes sociales). Por esta razón, confió en Xavi Bartolo (entrenador) y Sergi Parés (director deportivo) para liderar el proyecto del Nàstic 2019-20. La dupla llegaba a Tarragona después de efectuar sus labores profesionales en los despachos del eterno rival, el CF Reus, la anterior campaña, siendo reconocidos por su eficiencia a pesar de las dificultades que se encontraron en el camino y que desembocaron en la disolución de la primera plantilla roig-i-negra. La vinculación de Bartolo con el conjunto grana se divide en varias etapas: disfrutó de una temporada en Tarragona como jugador (1996-97); en 2003, se incorporó a la disciplina como preparador físico y en 2007 inició sus andaduras en el banquillo como segundo entrenador. Parés, por su parte, forma parte de la lista de jugadores que más veces han vestido la camiseta de color grana, con un total de 259 partidos a lo largo de siete campañas.
No se podría hablar de «ADN Nàstic» si no se confiara en el fútbol base. Un total de seis jugadores que hasta ahora han formado parte de La Pobla de Mafumet se han incorporado a las órdenes de Bartolo, consiguiendo ficha con el primer equipo. Son los casos de Roger Brugué «Brugui», Víctor Martínez «Viti», Salva Ferrer, Cheikh Kane Sarr, Joel Lasso y Pol Ballesteros. Otros jugadores que han tenido la posibilidad de debutar con el primer equipo en Segunda División, como Pol Prats, Sergio Montero o Sergi Cardona, seguirán vinculados con el filial a las órdenes de Albert Company, técnico procedente del CF Reus B Cambrils.
Finalmente, junto a las incorporaciones de David Goldar y Carlos Albarrán, es necesario destacar el regreso de Ferran Giner. El polivalente jugador de banda izquierda iniciará una segunda etapa en Tarragona después de haber defendido el escudo del Nàstic cuatro años (2013-17), consiguiendo el ascenso a la categoría de plata del fútbol nacional.