Al Granada se le complican sus primeras opciones
Diego Martínez y el club nazarí tendrán que apurar mercado si quieren contar con algunos jugadores claves en el ascenso el curso pasado
El mercado se le atasca al Granada. El club nazarí, que avanza en su planificación lentamente, tiene claro lo que quiere lograr en el mercado este verano. Pero le está tocando esperar ya que todos los jugadores que pretende se encuentran con la negativa de sus clubes, por ahora, a dejarles salir. La gran mayoría de ellos, fueron jugadores clave en el ascenso del pasado curso. Son los casos de Fede San Emeterio, Pozo y Martínez. Pero según informa Granada Hoy, su vuelta, al menos por ahora, está muy complicada.
No obstante hay, dentro de la dificultad, distintos niveles. La vuelta del mediocentro cántabro es casi imposible. Solo un cambio de criterio inesperado de Sergio González, entrenador del Real Valladolid, le podría abrir la puerta de regreso al Nuevo Los Cármenes, ya que cuenta con el jugador para que sea parte importante de la plantilla blanquivioleta.
El caso de José Antonio Martínez por ahora está igual. El onubense volvió a Eibar este verano para intentar ganarse un puesto y convencer a Mendilibar. Algo que está haciendo en pretemporada hasta el punto de que el hombre del centro de la defensa con más posibilidades de salir es el luso Paulo Oliveira, que hace escasamente dos años fue el fichaje más caro del cuadro armero. En su caso, su vuelta a Granada no es una quimera, pero habrá que esperar aún tiempo.
Pozo y Carlos Fernández, cuestión de paciencia
Los casos de Pozo y Carlos Fernández, refuerzos que el Granada quiere para su ataque, es distinto. Ambos, por ahora, están haciendo la pretemporada con el Sevilla. Mientras los hispalenses sigan inmersos en medio de la vorágine del mercado de fichajes, es difícil que salgan. Pero según vayan llegando esas piezas su situación podría cambiar y abandonar de nuevo la entidad.
No obstante tanto con el extremo como con el delantero la última palabra la tendrá Julen Lopetegui. Parece complicado que el vasco decida que se queden, pues su participación en ese caso apuntaría a ser bastante baja, pero suya será decisión. Una decisión que se aguarda con ahínco y con paciencia en las oficinas nazaríes.