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¿Qué hacemos con Bale?

Gareth Bale celebra un gol con Karim Benzema, Lucas Vázquez y Álvaro Odriozola en un partido con el Real Madrid. Foto: Real Madrid Club de Fútbol.

«Bale no ha sido convocado porque el club está tratando su salida. Si se puede ir mañana, mejor». Con esa contundencia hablaba Zinedine Zidane sobre la situación del galés en el conjunto blanco hace una escasa semana, en la rueda de prensa posterior al enfrentamiento entre el Real Madrid y el Bayern de Múnich.

Sin embargo, en poco más de ocho días, la situación ha dado un giro de 180º grados y el futuro de Gareth vuelve a ser una incógnita. Atrás quedan aquellas declaraciones que parecían lapidarias para el futbolista, e incluso ha participado en los dos siguientes amistosos disputados por el equipo en Estados Unidos, en los que ha anotado un gol.

Cuando todos los focos de su futuro apuntaban a un inminente traspaso a China, las negociaciones entre el Madrid y el Jiansu Suning se rompieron, se desconoce si por la propia voluntad del futbolista o porque ambos clubes no llegaron a un acuerdo. Y tras esto, vuelta a empezar. Absolutamente nadie sabe que camiseta vestirá el galés la próxima campaña.

Otro factor que ha contribuído a incrementar la duda de una posible continuidad es la lesión de Marco Asensio, quien estarña fuera de los terrenos de juego toda la temporada. Ante este inconveniente, el club comenzó a valorar las posibles soluciones ante esa necesidad de un extremo derecho, y volvía a estar sobre la mesa el nombre de Gareth.

Sin embargo, la continuidad de Bale un año más en la Casa Blanca parece poco más que una utopía. La relación entre el extremo y el técnico francés están rotas, más aún tras las incendiarias declaraciones de su agente, Jonathan Barret: «Zidane es una vergüenza, no muestra respeto por un jugador que ha hecho tanto por el Real Madrid».

La falta de feeling, sumada a la necesidad del conjunto blanco para cuadrar cuentas con el Fair Play Financiero y, sobre todo, liberar masa salarial, parece algo imprescindible para acometer el fichaje de Paul Pogba, principal deseo de Zidane. Además, todo parece indicar que será James Rodríguez quien ocupe el puesto que Asensio ha dejado vacante. Tal es así, que el galés ni siquiera viajará con el grupo a Múnich a disputar la Audi Cup.

Ante esto, la principal solución parece un traspaso a algún conjunto europeo. Sonó con fuerza el Tottenham, equipo de abandonó en 2013 para recalar en el Madrid. Sin embargo, parece que los Spurs no están dispuestos a abonar los 90 millones que pagó el club blanco hace seis años, los cual no sería un problema, pues desde la cúpula consideran que el galés ya ha sido más que amortizado. Pero tampoco están dispuestos a hacerse cargo de su elevado salario, principal escollo de cualquier club que se ha interesado en su fichaje, mientras que al parecer, por el momento, él tampoco está dispuesto a reducirlo.

Ante esto, el Madrid, el propio Bale, y el tercer club implicado en el traspaso, están condenados a entenderse si quieren encontrar una solución satisfactoria para todas las partes.

@diegoaguado97

 

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