Tras cinco semanas de pretemporada y ocho encuentros amistosos para ir puliéndose, el Sporting ha echado el cierre a la pretemporada. Desde este próximo martes, cuando el equipo volverá a los entrenamientos solo queda pensar en que ya llega «lo bueno». Vuelve la competición oficial que para el Sporting arrancará el domingo 18 de agosto a las 18:30 horas en Montilivi frente al Girona.
El balance que se extrae de una pretemporada es que el Sporting ha mutado de forma radical en su forma de jugar desde la pasada temporada. Se ha pasado de un equipo que rehuía la posesión y buscaba ser intenso, robar y correr con espacios, a ahora uno que gusta de tocar el balón pero siendo profundos y verticales. No busca el equipo de José Alberto López tocar por tocar. Es un equipo que quiere el balón. Que lo pretende siempre que puede sacar jugado desde su propia área. Pero que quiere ser vertical con él.
Al equipo se le ha visto durante la pretemporada perdido en varias fases de los encuentros. También cometió, como es más lógico en esta fase, impreciso y con falta de entendimiento. Cosas achacables al nuevo estilo que el entrenador ovetense y que requiere trabajo para que el equipo pula y mejore en esas facetas. Especialmente se ha visto a bajo nivel a los jugadores llamados a ser importantes en este esquema, como pueden ser Nacho Méndez, Manu García o Cristian Salvador.
El esquema de base es un 4-3-3 con balón y un 4-1-4-1 en labores defensivas, ya que los hombres más adelantados y que ocupan las bandas tienen la obligación de ayudar en defensa. Bien sea con el lateral o ocupando espacios centrales de forma que son los interiores del centro del campo los que ayudar al lateral. Esta circunstancia de posicionamiento defensivo y de gestión de las ayudas, se ha visto especialmente en los encuentros frente a conjuntos de superior categoría. Caso de los disputados frente a Nantes, Getafe y Alavés.
Más luces que sombras
Pero en general la pretemporada ha dejado más luces que sombras. El estilo de juego parece muy apropiado para la plantilla de la que dispone José Alberto López. Los encuentros de preparación se han saldado con dos victorias, cuatro empates y dos derrotas. A excepción de estos dos últimos, donde el cuadro rojiblanco se mostró netamente inferior a sus rivales (Nantes y Valladolid) el balance es de más luces que sombras.
Las luces son principalmente varias actuaciones individuales destacadas. Jugadores llamados a ser importantes como Javi Fuego, Pedro Díaz y Damián Pérez, han dejado muy buenas sensaciones. Junto a ello ha sido muy notable la pretemporada de Pablo Pérez y Neftali Manzambi, que han dejado muy buenas sensaciones. De hecho, en lo que respecta al jugador suizo, su buena pretemporada podría hacer que se haya ganado un sitio en la plantilla que no tenía.
De las sombras la más destacada es quizá la escasa producción goleadora y de ocasiones. Al Sporting le ha costado generarlas, pero cuando las ha generado le ha costado materializarlas. Solo ha logrado dieciséis goles en los ocho encuentros. Pero de todos ellos, trece fueron en los dos primeros, por lo que en los seis últimos su capacidad realizadora se ha quedado en cinco tantos. En algunos encuentros, como las derrotas frente a Nantes y Valladolid, el equipo apenas generó. Pero en otros como frente a Getafe y Alavés, el equipo sí que evidenció falta de pegada.
Pero en definitiva la pretemporada ha dejado un regusto más agradable que amargo. Queda mucho por pulir, ya que el equipo puede y debe dar más. Pero parece, como mínimo, mejor preparado para comenzar la temporada que el año pasado cuando dejó muchas más dudas.