El Huesca vio un rayo de luz en un partido con muchas sombras de cara a puerta
Victoria a domicilio del Huesca por la mínima en un partido en el que ninguno de los dos conjuntos supo inquietar al portero rival.
Arrancaba la liga para Las Palmas y para el Huesca en uno de los duelos más interesantes de la jornada entre dos posibles aspirantes al ascenso. Cada equipo era consciente de la grandeza del otro y esto se reflejó en los primeros compases del encuentro, donde las ocasiones brillaron por su ausencia.
Según iban avanzando los minutos los jugadores fueron soltándose y adquiriendo la concentración propia de un partido de este calibre. Fue el Huesca el equipo que antes despertó y comenzó a conectar buenos pases con velocidad pero con criterio firmando así las primeras llegadas a la portería local.
Dirigidos por un Mikel Rico que firmó un partido soberbio y que pudo llegar a abrir el marcador en más de una ocasión. Raba, el joven jugador procedente del Villarreal, también tuvo un mano a mano contra Josep Martínez que aunque el portero detuvo, tampoco habría valido si no hubiese sido así, pues un compañero estaba en fuera de juego en el inicio de la jugada, por lo que la jugada habría sido anulada por el VAR, gran novedad esta temporada.
No se estaba sintiendo cómodo Las Palmas en el partido, pues no terminaban de encontrar a su delantero, un Rubén Castro inédito en la primera parte que trató de retrasar su posición para ayudar en la circulación del balón.
Llegaron así al descanso en un partido en el que el portero de Las Palmas apareció más de lo que a Pepe Mel le hubiese gustado, precisamente fue el entrenador el gran “culpable” de la mejoría del equipo ya que en el descanso les debió de dar una buena charla, ya que en la segunda parte la balanza se decantó de su lado en lo que a la posesión se refiere.
No obstante, los delanteros no gozaron de un protagonismo reseñable en ninguna fase del partido y los porteros la máxima exigencia que tuvieron fueron disparos lejanos y centrados.
El partido parecía abocado a un empate a cero cuando en el minuto 78 un desajuste en la presión del equipo hizo que la defensa estuviera más adelantada de lo debido, situación que fue aprovechada por el Huesca y por un Mikel Rico que le sirvió un soberbio pase a Álex Gallar que definió a las mil maravillas ante la impotencia del portero rival.
Tras el gol los jugadores de Las Palmas trataron de reaccionar y salvar al menos un punto pero el Huesca venía con los deberes hechos y supo juntar sus líneas para evitar que los locales lograran su tan ansiado gol.