Ortuño convence al oviedismo
Al margen de su faceta goleadora, el delantero ha demostrado adaptarse a la perfección al rol que pedía Sergio Egea
Un ‘9‘ con presencia en área rival. La frase que más comentó Sergio Egea, entrenador del Real Oviedo, a lo largo de este mercado de fichajes. El preparador argentino había dejado clara su intención en varias comparecencias ante los medios. Quería un tipo específico de atacante. Que marcase las diferencias y aportase esa cantidad de goles necesaria para estar arriba a final de temporada. Llegó Ortuño, y en apenas unas semanas se ha metido al oviedismo en el bolsillo.
La historia de Alfredo Ortuño en las dos últimas campañas no es nada sencilla, sobre todo en los dos últimos años. En el Albacete no pudo mostrar su mejor versión. Tampoco en Extremadura, ni en su aventura por Estados Unidos. Pero sí ha logrado volver a ser el de siempre en el Real Oviedo. El ariete ha participado en los tres encuentros que ha disputado el cuadro asturiano hasta la fecha. Vio puerta ante Lugo y Fuenlabrada. En términos generales, dos goles en 252 minutos disputados. Y creciendo.
Ante el Lugo, Ortuño vio portería en el primer balón que tocó. En posición de killer, el de Yecla aprovechó un rechace para anotar. Y es que esa es una de las virtudes del delantero. Siempre está donde se le pide a un atacante. En el área, atento a cualquier balón. Un aspecto que obliga también a que los centrales rivales se encuentren en constante alerta. Esa presencia de la que hablaba Sergio Egea. En Fuenlabrada, el delantero aprovechó un buen centro de Johannesson para perforar la meta rival con un cabezazo que, eso sí, tuvo que revisar el VAR, ya que previamente se había indicado un fuera de juego inexistente.
Ortuño, más que goles
Pero al margen de los goles, Ortuño es también un recurso para la salida de balón del Oviedo. Cuando el equipo se ve apretado recurre al juego directo, y ahí el de Yecla es de los mejores de la categoría. El murciano ha dejado patente su poderío en el juego aéreo. No rehuye ninguna disputa, y suele salir vencedor en este tipo de jugadas. Pero el punta también se ofrece por abajo. La aguanta, juega de espaldas a la meta rival y da oxígeno al equipo. Indiscutible para Sergio Egea en estos momentos.
Ortuño ya se ha ganado a todo el oviedismo. Sus goles, su trabajo y su aportación imprescindible al equipo le han hecho ser ya uno de los intocables. Además, el atacante destaca también su rápida adaptación a la plantilla y a la ciudad. El Oviedo vuelve a tener ese punta capaz de marcar las diferencias. El último ejemplo, el de otro murciano. Toché fue el encargado de mantener a flote la estadística anotadora de los azules en sus dos primeras campañas tras el regreso a Segunda División. Diecisiete tantos anotó en ambas.