Del aficionado perico, se suele decir y con bastante razón que es un aficionado pesimista. Algo lógico y comprensible por la propia idiosincrasia del club. Sabiendo esto y tras el pobre inicio en la competencia nacional a nivel de juego y resultados nos podemos imaginar el ambiente enrarecido que rodea hoy en dia la institución catalana. Perder contra el Sevilla entra dentro de lo normal, empatar en un campo del norte como Mendizorroza también podría considerarse como algo lógico, aunque no generar prácticamente ninguna ocasión, no tanto. Pero eso si, con todos mis respetos para el conjunto andaluz, no entra dentro de los planes perder por goleada en tu propio campo contra el Granada, si bien es un equipo muy trabajado con mimbres para dar guerra en La Liga Santander.
La derrota fue dolorosa por muchos motivos, pero uno por encima de todo, la evidente falta de ideas del conjunto barcelonés durante el encuentro. Cuesta comprender como jugadores de la talla de Marc Roca, Darder y Melendo no llegarán a enlazar ninguna jugada de mérito en todo el partido, a pesar de la marcha de jugadores importantes como Borja Iglesias y Mario Hermoso han llegado y se han mantenido jugadores suficientes como para darle continuidad al estilo que llevo al Espanyol a jugar en Europa. Llegar al parón de selecciones con un punto de nueve posibles es un batacazo importante. Quedan dos largas semanas para volver a jugar, dos semanas para darle al botón de ‘reset’, para descansar la mente y el cuerpo, para entender los nuevos conceptos tácticos del mister y volver con más fuerza a Ipúrua. Esto acaba de empezar y el Espanyol necesita ya una buena victoria para alejar los fantasmas.