»Jugamos como simepre y no ganamos como siempre». Asi rezaba la frase que soltó Moreno en la rueda de prensa posterior a la derrota en Mestalla. Esa estructura de palabras me ha hecho reflexionar hasta el punto de tener que escribir estas líneas.
El Mallorca se presentó en la orilla del Túria con una victoria y una derrota. Con la pérdida de los tres puntos ante la Real, se empezó a oír un run run en el seno balear. Mestalla iba a medir el nivel competitivo del grupo de Vicente Moreno. En un estadio Champions, el Mallorca despejó las dudas en 20 minutos. Se plantó en el césped de Valencia y le quitó el protagonismo al equipo de Marcelino. Con dos palos puso el malestar en el tejado che.
Sin embargo, un error de «pardillo» gestó el 1-0 local y una montaña imposible de escalar para el Mallorca. El penalti transformado por Parejo a dos minutos del final dejó trastocado a los baleares, incapaces de reaccionar al golpe que supuso el gol en contra.
En la segunda parte el partido entró en un letargo provocado. Parejo cogió el mando y el Mallorca se durmió en sus pies, así como el quiso. La veteranía entró en juego y los isleños pecan de eso.
La Primera División exige un plus competitivo que la categoría de plata. Ese pizca la puede aportar el Mallorca, pero la veteranía es indispensable para ganar en esos detalles que hacen ganar o perder un partido. En Mestalla los baleares pecaron de novatos como lo hicieron en el 83′ ante la Real Sociedad. Dos partidos igualados, donde la diferencia la puso ese saber estar en los momentos claves del choque.
Durante el mercado de fichajes, Moreno ha exigido jugadores con experiencia en la máxima categoría. Molango no ha querido o no ha podido dárselo. Por ahora, esa falta de experiencia le ha provocado la pérdida de puntos.
Este año no basta con jugar como siempre para ganar. Esta temporada hace falta más que competir, pero la experiencia se gana jugando y los jugadores de Moreno aprenden rápido.