Algo que un club busca siempre que cede a un jugador joven y en el que cree puede tener a un futuro jugador de la primera plantilla, es que, en esas cesiones, juegue absolutamente todo. El Atlético de Madrid puede estar, por ahora, muy satisfecho con ese trabajo. Y es que las cesiones de Francisco Montero (Sevilla, 14 de enero de 1999) y de Víctor Mollejo (Villa de Don Fabrique, Toledo, 21 de enero de 2001) no le están pudiendo salir mejor al club para la formación de ambos talentos.
Ambos jugadores, central y extremo, están siendo indiscutibles para Juan Antonio Anquela en Riazor desde su llegada. Han sido titulares en los tres encuentros disputados y apuntan a serlo también por cuarta vez consecutiva frente al Cádiz. Montero se ha convertido, ante las bajas de Somma y Nolaskoain, en titular en el centro de la zaga. Su nivel está siendo bueno dentro de un conjunto que está mostrando una preocupante endeblez defensiva. En el caso de Mollejo, el manchego ya sabe incluso lo que es ver puerta. Logró su primer gol al rematar de cabeza un saque de esquina frente al Numancia.
Su elevada participación y el buen nivel mostrado hace que todas las partes estén más que satisfechas con las operaciones. El Deportivo se beneficia en su afán por regresar a LaLiga Santander de las aptitudes de dos jóvenes talentos. El Atlético de Madrid y los jugadores ven como su progresión aumenta y consiguen experiencia en una categoría siempre compleja como es LaLiga SmartBank.