El reloj marcaba las 20:00 en la capital andaluza cuando en el Benito Villamarín rodaba el balón tras el silbato del colegiado. Heliópolis se preparaba para un martes de fútbol. El Betis de Rubi afronta el encuentro sin su mejor jugador: Fekir. Ambos equipos presentan argumentos suficientes para volver a sumar tres puntos. El UD Levante presume de una delantera con exceso de velocidad al alinear a Hernani, Sergio León y Morales a la par. En contra, los locales presentaron un sistema convencional y equilibrado como es el 4-4-2, alineando -a la vez- a Borja Iglesias y Loren.
El inicio de los primeros 45 minutos el ritmo del partido se presuponía lento y previsible, con un Betis llevando la iniciativa del partido. Sin embargo, la verticalidad granota acusó al equipo local. Un simple balón a la espalda de Mandi, para que Hernani atacase el espacio fue suficiente para desarmar cualquier argumento en defensa para espantar a tanta crítica hacia a la zaga. Vukcevic lanzó una pelota medida con un bote que creó la duda en Joel a salir a despejar ese balón. De este modo, la velocidad de Hernani fue suficiente para apurar al máximo y golpear cruzado a la esquina izquierda del portero.
El ruido aumentó en el estadio. El equipo local se sentía incómodo y a su diferencia de los de Paco López que disfrutaban de un inicio prometedor. El Betis tenía que dar un paso al frente y desequilibrar por ambos extremos con Joaquín y Álex Moreno. Las posesión del balón circulaba de forma horizontal y sin un ritmo elevado que pudiera sorprender al Levante. Demasiados pases entre Mnadi y Bartra que desesperaban al aficionado verdiblanco. La ausencia de responsabilidad de jugadores como Guardado o Canales dificultaban la creación y disminuía la creatividad local.
El centro del campo del Levante con Campaña liderando la sala de máquinas tenía un cometido claro: pocos toques y alimentar de balones al espacio a ese tridente ofensivo con el ‘Capitán’ Morales a la cabeza. A medida que el tiempo pasaba en el Benito Villamarín el Betis se asentaba mejor. Las bandas ganaban protagonismo y la incidencia de Álex Moreno por el costado izquierdo, abandonado por Canales en una tendencia natural de buscar el centro. Y con ello, su libertad, provocando una generación de espacios para el lateral.
Joaquín protagonista y líder total por la banda contraria, en compañía de un solidario Barragán. El reloj castigaba a los de Paco López que veían como el Betis cada vez se sentía más cómodo. Aunque, incapaz de generar cerca de la portería de Aitor. Un disparo lejano de Guardado, una internada de Joaquín tras combinación con Borja Iglesia, pero sin producir acciones suficientemente peligrosas.
Los granotas en faceta ofensiva fueron diluyéndose ante el dominio verdiblanco, sin llegar e incapaz de correr al espacio. Coartados y sin producir una ocasión desde hace muchos minutos tras una intentona de golpear de Sergio León en los primeros veinte minutos. La sensación de empate al descanso era mayor que la de conservar la mínima ventaja. Y como era de prever, así fue. El Betis logró el empate en el primer tiempo, en el descuento y a la segunda. Pero consiguió igualar el marcador gracias a Loren, el baluarte ofensivo, a excepción de Fekir, de este equipo. Joaquín ganó la línea de fondo, levantó la cabeza y con tiempo para ver al delantero allí se la puso. Este se elevó cabeceó y el poste privó a Joaquín de sumarse una asistencia. Sin embargo, no evitó que Loren recogiese el rechace y empujase el balón al fondo de la red.
El Villamarín sonreía, el Betis conseguía empatar el partido y, por el momento en el que fue, hundió al Levante que parecía que iba a salirse con la suya.
Arrancó el segundo tiempo y en el marcador el empate en teoría porque desde que comenzó el segundo tiempo un equipo llevó el peso del partido y abrumó a su rival con un excelso juego combinativo. Tres minutos desde el inicio del segundo tiempo, los protagonistas del primer tiempo volvieron a la carga. Como si de Roobin y Batman se tratase, Joaquín asiste y Loren anota. Heliópolis volvía a sonreír. Un intento de lanzar un rápido ataque por parte de Aitor supuso una buena anticipación para que el balón llegase al capitán verdiblanco. Cabalgada y balón al segundo palo para que Loren ponga a los suyos por delante.
El Betis se liberaba de presiones, de marcadores adversos y degustaba a su público de una confianza inaudita hasta la fecha. El Levante se rebeló, trató de revolucionar el partido. Entraron Roger y Mayoral para instaurar el caos y aprovechar los espacios. Un equipo muy vertiginoso que podría ocasionar múltiples problemas al Betis. A pesar de ello, el equipo local no se descompuso, manejo y contemporizó el ritmo del juego. Supo enfriar con posesiones largas, reduciendo espacios y ahogando a un Levante que se sentía incómodo.
De nuevo un destelló por la banda derecha verdiblanca volvía a romper la estructura defensiva granota. Solo se veía un ’17’ ganando la línea de fondo para buscar al ‘panda’ en el punto de penalti y este poner el tres a uno. Más de veinte minutos de partido separaban a ambos equipos del silbato final del árbitro. El Levante continuó con un plan poco productivo. Paco López no conseguía imponer su ley. El Betis mantenía el control y consumía el minutero.
El tiempo avanzó en su favor, posesiones largas y lejos de campo propio para evitar sorpresas o posibles robos rivales. El Levante se vio superado por un Betis que despertó de su letargo y así tejer una tela de araña en la que cayó el club granota. La paciencia fue la clave de una trabajada victoria.