Las lesiones desafortunadamente en el deporte no son nada nuevo, pero no por ello deja de ser grave. El pasado viernes pasados apenas dos minutos de juego, el base uruguayo de Baskonia, Jayson Granger, caía gravemente lesionado.
En una temporada que se presuponía muy ilusionante para el base, nada más empezar, ésta podría haber acabado para él.
El jugador volvía a la actividad tras casi un año parado por culpa de otra grave lesión en el tobillo izquierdo que le llevó a pasar por el quirófano y le tuvo prácticamente toda la temporada en blanco.
Nada más producirse la acción, fue el propio Granger el que se percató de la gravedad de la lesión, dirigiéndose a su banquillo con lágrimas en los ojos y la camiseta entre los dientes.
En rueda de prensa, su entrenador Velimir Perasovic, ya presagiaba la gravedad de la lesión, a la espera de confirmación oficial por parte de los servicios médicos del club baskonista.
El sábado, su club emitía un parte médico donde detallaba los pasos a seguir para su recuperación y posteriormente, era el jugador el que a través de redes sociales, agradecía los mensajes de apoyo y cariño por parte de la familia del baloncesto.
En su cuenta de twitter publicó un comunicado agradeciendo los mensajes de ánimo y mostrándose fuerte para la recuperación:
Larga recuperación por delante
Sin duda, la fortaleza mental de Granger será clave para la larga recuperación que le espera, lo que exigirá que el Baskonia tenga que acudir al mercado en busca de su sustituto.
La dificultad en este sentido es mayor al tratarse de un base y para más inri, cupo de formación, lo que obligará a su club a reforzarse con un base, con la dificultad de buscar a estas alturas de temporada y que cumpla la condición de jugador formado localmente (JFL) en España, un auténtico encaje de bolillos para el equipo vitoriano.