El Oviedo estrena el casillero de victorias en Tenerife
El Real Oviedo estrena su casillero de triunfos tras ganar al Tenerife. Pese a los 3 puntos, los de Rozada siguen colistas
El colista Real Oviedo obtuvo su primer triunfo y, de paso, frustró la ambición clasificatoria de un aturdido Tenerife que, en ningún momento, mostró la voracidad ofensiva de su última confrontación en la que derrotó al Lugo por 1-4.
El incentivo de partida de los tres puntos en litigio, la zona de promoción para los tinerfeños, y la liberación de la indecorosa losa de colista de los ovetenses, supuso un acicate lo suficientemente tentador como para que unos y otros salieran con la total convicción de encaminar pronto el resultado.
La primera tentativa de auténtico peligro para los porteros se produjo al filo del primer cuarto de hora de juego, un rechace asturiano tras un lanzamiento de córner de Borja Lasso lo aprovechó Isma López para soltar un fuerte zapatazo, pero el balón se fue por arriba del larguero de Champagne.
Pero los ovetenses sí que obtuvieron la máxima eficacia en su primer ensayo en la portería contraria, puesto que Édgar Bárcenas, en el minuto veinticuatro recibió al borde del área un preciso y largo pase de Omar Ramos, avanzó un par de metros, y con un disparo raso logró superar la presencia de Ortolá.
Superada la media hora de juego se produjo una controvertida jugada en la que el colegiado, tras decretar penalti por mano de Sangalli, modificó su decisión a instancias del VAR por previo fuera de juego de Luis Pérez, autor del centro cabeceado por Borja Lasso.
De esta manera se desmembraron todas las esperanzas blanquiazules de igualar nuevamente la contienda, puesto que fue incapaz de crear peligro en el tiempo restante hasta la conclusión de esta primera parte, y más, sobre todo, ante un rival bien posicionado para la custodia a ultranza de la ventaja.
El forzoso adelantamiento posicional de los insulares a la salida de vestuarios tras el descanso, le ocasionó un serio sobresalto a Ortolá nada más reanudarse el juego, pero la imprecisa y débil vaselina de Ortuño no encontró su portería.
Este desliz de la retaguardia insular no condicionó su firme propósito de cercar en las inmediaciones de su área a un rival que, pese al asedio, en ningún momento desatendió la urdida distribución de sus peones.
De esta manera, con un estéril esfuerzo blanquiazul y una rigurosa defensa visitante, principalmente del resultado, el encuentro encaró su tramo final hasta concluir con un marcador a favor del cuadro asturiano que, pese a los tres puntos, continuará una semana más con la condición de colista.