Cuando dos partes quieren hacer algo, lo lógico y normal en el 99,9% de los casos es que se haga. Eso es lo que ocurre con la renovación de Andrés Guardado con el Real Betis. El club quiere que el jugador siga más allá de junio de 2020, cuando vence su contrato. El jugador, también. Y lo hace porque simple y llanamente se siente muy a gusto en el club verdiblanco, desechando por ello ofertas de la MLS y de su propio país.
Ofertas que, tanto por cercanía a los suyos, como económicamente eran muy atractivas. Pero la intención del mexicano es seguir de verdiblanco y lo ha dejado muy claro en una entrevista a la ESPN: «¿Por qué me voy a ir si estoy bien y todavía me siento protagonista y querido aquí? He tenido ofertas para regresar, tanto de la MLS como de México, pero al final pongo todo en una balanza y mi cabeza no me deja cambiar tan fácil. Me ha costado a lo largo de los años lograr el respeto que la gente me tiene aquí, la imagen que tengo, haber sido capitán nada más llegar de un equipo como el Betis con jugadores de mucha experiencia, ser titular. […] Hasta que eso no cambie mi cabeza va a seguir con la mentalidad de seguir aquí lo máximo posible y cumpliendo objetivos».
Si todo va por el cauce normal habrá fumata blanca antes de que acabe el 2019. Sería una renovación por dos temporadas y con poquísimo riesgo para el Betis. De forma que Guardado seguiría siendo verdiblanco hasta 2022, cuando el mexicano cumpla . La razón es que Guardado quiere jugar el mundial de Qatar (sería su quinto) y para ello necesita jugar en competiciones competitivas para no perder su sitio en la ‘Tri’.