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Pablo Laso: «Ser entrenador del Real Madrid no se compra con dinero»

Pablo Laso es entrevistado en Real Madrid TV. Foto: Real Madrid.

Pablo Laso ha sido uno de los primeros protagonistas de un nuevo programa de Real Madrid TV. El entrenador ha sido entrevistado por la televisión oficial del Real Madrid y ha mostrado su lado más humano, además de repasar su estancia en el club blanco.

Pablo Laso: «Luka Doncic ha sido especial para nosotros»

“Mi camino en el Real Madrid es muy gratificante. Todos los días tengo la suerte de hacer lo que me gusta en el mejor equipo del mundo. Eso no se compra con dinero. Cuando haces lo que te gusta pasa rápido, pero también he tenido días largos y duros. El jueves, después de perder en Kaunas, fue el último día en el que dormí poco. Aunque no suelo hacerlo más de cinco o seis horas seguidas. Eso sí, después de comer, siempre necesito desconectar un poco, una pequeña siesta. He disfrutado mucho en estos más de ocho años que llevo como entrenador en el club”.

“Fichar por el Real Madrid fue una decisión difícil y sencilla. Te está llamando el Real Madrid y no hay muchas dudas. Cambia mi vida. Llevaba cuatro años entrenado en San Sebastián. Tuve la suerte de que toda mi familia estaba entusiasmada de que entrenara al Real Madrid. Entrenar aquí significaba mucho y era una gran oportunidad. Tengo la suerte de tener grandes jugadores. Era una oportunidad para crecer como entrenador”.

“Este club desgasta mucho. No sé el número de partidos que llevo, pero no solo partidos sino entrenamientos también. Recuerdo ese día (el de su presentación como entrenador del Real Madrid) con mucha ilusión. Teníamos la intención de cambiar cosas y hacer una idea de baloncesto. Valoraba entonces qué le podía dar yo al Real Madrid. Una oportunidad de crecer como un equipo. Conocía a mucha gente del club, también tenía una relación personal con Alberto Herreros y Alberto Angulo. Y esa temporada volvimos al Palacio, fueron muchas cosas que nos ayudaron a crecer, pero entonces no se sabía que todo iba a ir bien. Nos ha costado mucho esfuerzo y trabajo pero creo que los madridistas lo valoran. Hay desgaste físico en estos años, tengo menos pelo, más canas y alguno kilo de más; pero me veo bien. He tenido la suerte de tener un gran grupo de trabajo a mi lado. Todo el club me ha apoyado mucho para que el trabajo se viera”.

“Cuando llevas tanto tiempo recuerdas las broncas pero también lo mucho que te han dado (sobre Felipe Reyes, Sergio Llull, Rudy Fernández y Jaycee Carroll). Es una relación casi de padre e hijos. Son 4 jugadores que van a pasar a la historia de este club. Son muy importante en lo que era una idea de proyecto. Reyes transmite lo que es el madridismo: garra, trabajo diario. Es el capitán, el emblema del equipo. Llull es el alma y con eso se dice todo. Rudy, el talento. Es el jugador diferencial y Carroll es el ejecutor. Me siento muy orgulloso de dirigirles”.

“No puedo obligar a que mis jugadores sean amigos. Tengo un vestuario con diferentes nacionalidades, religiones, edades… Cuando Garuba no había nacido, Reyes ya había debutado en la ACB. Hay un grupo bueno que se acepta bien, nadie quiere cambiar a nadie. Hay respeto dentro de las normas y una buena convivencia. Es bueno que exista ese vínculo, que además te permite decirle al otro las cosas que sean necesarias. Pero el vestuario hace que cada uno que llega se sienta uno más. Intento que sea importante ese respeto a cada uno dentro de las normas. Eso te ayuda mucho en el campo. El trabajo de jugadores que llevan tiempo en el club está siendo magnífico para los que llegan nuevos y para la relación que se crea en el grupo”.

“Tuve la suerte de coincidir con él (Zeljko Obradovic) en el Real Madrid dos años. Teníamos un gran equipo y nos transmitía una filosofía y una idea de juego en la que me sentía muy a gusto. Nos decía que individualmente éramos muy buenos, pero que había que lograr ser un gran equipo. El equipo estaba por encima de todo y nos lo intentó transmitir desde el primer momento. Le tengo mucho respeto y viví dos años maravillosos con él. Aprendí mucho”.

“Para nosotros ha sido especial (sobre Luka Doncic). Para mí y para todos los madridistas. Llegó con 13 años y parece que todavía le estoy viendo… Los entrenadores que ha tenido y el trabajo ha sido increíble. Es un chico con estrella y es un orgullo para mí haberle podido ayudarle a crecer. Mis broncas eran para que él viera todo lo que podía hacer. Cuando fue a la NBA sabía que iba a jugar increíble porque tiene una gran capacidad de adaptarse a todo por su calidad y su mentalidad. El hecho de que él lo agradezca dice mucho de él como persona”.

“La vida no consiste en esperar a que pase la tormenta, sino en aprender a bailar bajo la lluvia. No siempre las cosas te van a ir bien y lo que debes hacer es aprender a convivir con las dificultades. Soy una persona bastante normal y tranquila fuera de la cancha. Me gustan las series y leer, pero durante la temporada no puedo leer libros porque me cuesta concentrarme y desconectar, aunque lo intento. Ahora veo más series que películas, pero cuesta dejar a un lado el baloncesto. Justo antes de venir al programa estaba viendo el último partido del Efes, al que nos enfrentamos este jueves”.

“En general, estoy orgulloso de mi vida. Siempre trato de pasar página para lo bueno y para lo malo. Cuando gano un título, por ejemplo, no puedo dejar de pensar a los pocos minutos en lo que vendrá el año siguiente. Pero cuando pierdo también trato de pasar página rápido”.

“En aquel momento (los playoffs ante el Panathinaikos) pensaba que llegábamos preparados para competir tras un año muy duro con infinidad de lesiones, pero en un minuto y medio nos sacaron de la pista, nos barrieron. Esa noche dormimos poco, vimos el partido con los jugadores para que se dieran cuenta de la sensación que teníamos los entrenadores, que simplemente nos habíamos bloqueado y no habíamos competido. Todo el trabajo realizado durante el camino estaba hecho, pero debíamos jugar como sabíamos. Hicimos un gran segundo partido y nos trajimos la serie a Madrid con 1-1 y luego allí volvió Sergi ( Sergio Llull) después de ocho meses de lesión. Su regreso fue clave, porque con él teníamos la sensación de que estábamos todos, aunque aún faltaba Facu (Facundo Campazzo), que se subía por las paredes, incluso se sentía culpable por no poder jugar. Acabamos ganando la Euroliga, aunque antes recuerdo otra vez la anécdota del quiosquero. Al día siguiente de perder en Atenas salimos a tomar un café y luego a comprar un balón en un quiosco, y el quiosquero, que era del Olympiacos, nos dijo que jugando como gallinas no podíamos ganar al Panathinaikos. A veces, no siempre, es bueno que te digan las cosas desde fuera”.

“La familia para mí es muy importante porque creo que a veces le hago mucho mal porque el calendario es muy complicado. Lo pongo en la cocina y… tengo la suerte de que lo entienden muy bien. No tenemos un fin de semana libre”.

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