Dentro del seno del Sporting hay varios jugadores que generan debate. Desde el punto de que no son aptos ni válidos para el equipo en su afán por pelear el ascenso, hasta llegar a la categoría de indispensables. Uno de estos, según a quien se pregunte, es el máximo goleador del Sporting este curso; Aitor García (Gibraleon, Huelva, 25 de marzo de 1993).
El extremo onubense jugó en Elche en su banda natural, la derecha durante gran parte del encuentro. Y nuevamente, como casi siempre que juega en ese costado, volvió a ser uno de los mejores jugadores rojiblancos en el césped ilicitano. De sus botas salió la asistencia del único gol del partido -la primera del curso-, pero tuvo una incidencia en el juego muy grande. Tuvo la sentencia, pero no acertó a superar a Edgar Badía, uno de los porteros más seguros de la categoría, en el mano a mano.
Su partido en Elche volvió a ser una constatación de que la banda derecha debe ser su puesto. Es donde más rinde y donde más aporta al equipo de José Alberto López. Se vio en Girona, en la jornada inaugural, donde su salida al campo a pesar de la inferioridad numérica que tenía el equipo cambió el partido. Durante la temporada, el onubense, por la falta de un extremo específico para la izquierda, ha jugado muchos más minutos a banda cambiada que a banda natural. Aitor García cumple en ese puesto, pero no es el jugador desequilibrante que es en la derecha. El Sporting lo sabe y por eso en enero buscará colmar de una vez la contratación de un extremo para ese puesto.
El regreso de Isma Cerro, cuyo descaro y habilidad le pueden hacer ocupar la izquierda, parecen liberar al onubense para que juegue en la derecha. Pero el cacereño aún no está en plenas condiciones físicas y su rendimiento no está exento de ciertas dudas sobre su nivel para ser titular. Pero mientras la dirección deportiva busca solucionar ese claro déficit, que todo el mundo veía, se deben buscar soluciones en la plantilla para la izquierda. Pero esa no debe ser Aitor García. El onubense debe seguir en la derecha y no sabe qué más debe hacer para demostrarlo.