Toni Kroos alcanzó el pasado martes la friolera de 100 partidos como jugador en la UEFA Champions League. El alemán, que la ha disputado con el Bayern Munich y con el Real Madrid, ha levantado cuatro veces el trofeo de campeón en ese tiempo.
Todo comenzó para Toni Kroos en la temporada 2008/2009, cuando debutó en el Bayern Munich de la mano de Jurgen Klinsmann. Una aparición que no volvería a repetirse hasta la temporada 2010/2011, tras haber estado cedido en el Bayer Leverkusen para que cogiese experiencia en el primer nivel. En su vuelta al conjunto bávaro, ya con Louis van Gaal en el banquillo, se convirtió en uno de los referentes del equipo desde la posición de mediapunta.
La llegada de Jupp Heynckess no cambió un ápice el protagonismo de Toni Kroos en el Bayern Munich. El alemán se convirtió en pieza fundamental, aún más, del año del triplete en el que ganaron la Copa alemana, la Bundesliga y la Champions League al Borussia Dortmund, aunque antes tuviese que pasar el mal trago de haber perdido una final europea en la tanda de penaltis ante el Chelsea. La llegada de Pep Guardiola cambió al teutón de posición, más retrasado, donde se le puede ver ahora en el Real Madrid. Esa fue la mejor aportación del entrenador español.
Toni Kroos llegó al Real Madrid en la temporada 2014/2015, y desde entonces ha sido pieza clave del equipo blanco. Sin ir más lejos, la peor temporada en cuanto a juego del alemán ha significado que lo sea también para el club, como se vio en la pasada, donde no se pudo pelear por ningún título y el Ajax apeó a los madridistas de la Champions League. Aún así, tres títulos de campeón de la máxima competición europea cuelgan del cuello del mediocentro, y siendo clave en los tres.
Creación de juego, lectura ofensiva, ayudas defensivas, presión arriba, precisión en los pases cortos y en los centros, tiro lejano, gol… Toni Kroos es como un reloj suizo que pocas veces falla y que mantiene con cuerda al Real Madrid. El alemán ha alcanzado los 100 partidos en la Champions League y, encima, con gol, ante el Galatasaray para darle la victoria a su equipo. Un mediocentro clásico y puro, la brújula de la nave blanca.