El Sevilla hace sus tareas
Nueva victoria del Sevilla en un partido con poca intensidad que consiguió animarse en los minutos finales con un gran Munir que llegaba con hambre de gol.
El Sevilla recibía al equipo que supuestamente es el más débil del Grupo A de la Europa League. La visita del Dudelange suponía una oportunidad para Lopetegui a la hora de rotar y darle una oportunidad a jugadores que hasta ahora no estaban teniendo muchos minutos. El Sánchez-Pizjuán iba a ser la sede de un partido que se esperaba como un paseo para los sevillistas.
Un engranaje defensivo difícil de abrir
El conjunto de Lopetegui saldría sin prisa y en busca de jugadas seguras. El Dudelange se encerraba atrás, fijando bien las líneas, pero solo tardaría el Sevilla en tener la primera. Un mal despeje de Joubert permitiría a Escudero romper el balón, pero el guardameta sabría salvar el problema que había causado con una gran parada.
Los hispalenses estaban teniendo problemas a la hora de entrar dentro del sistema que había montado Bertrand Crasson y en muchas de esas ocasiones el balón tenía que volver hacia atrás por falta de ideas. Eran pocos los balones que conseguían llegar al área pero hasta el momento a la de Escudero se habían sumado otra de Dabbur y Roni Lopes, pero siempre se encontraban con un muro defensivo o a Joubert.
Poco a poco la estrategia del conjunto de Lopetegui iría encontrando la manera de hacerle daño al Dudelange. Los saques de esquina y el juego aéreo estaba siendo un problema, por lo que comenzarían a llover balones desde las bandas y a sumar músculo en cada córner que conseguía el equipo.
El descanso revitaliza al Sevilla
El más activo ofensivamente estaba siendo el ariete israelí, que gozaba por primera vez de la titularidad esta campaña y parecía querer aprovecharla. Dabbur estaba abriendo constantemente a la defensa, ofreciéndose a sus compañeros y creando las mayores oportunidades para abrir el marcardor.
Aún así, el descanso iba llegando y el Sánchez-Pizjuán seguía sin ver ningún gol. A punto estuvo de saltar la sorpresa al borde del descanso en una jugada aislada del conjunto luxemburgués pero la mala puntería del ariete, quien tenía espacio y tiempo para tirar, salvaría al Sevilla. Por su parte, hasta el mismo pitido de la primera mitad seguía intentándolo pero la mala puntería, más que el acierto visitante, estaba manteniendo el empate a cero.
El paso por vestuarios le vino bien al conjunto andaluz. Lopetegui iba a reajustar ciertas partes de su juego y haría que hubiera un movimiento más rápido del balón, cosa que se iba a notar nada más comenzar con el primer tanto del encuentro. Tras una gran circulación, el balón llegaría a Óliver Torres a la banda izquierda y, tras ponerse el balón en su pierna buena, pondría un gran centro que aprovecharía ‘El Mudo’ Vázquez para abrir la lata.
Un Sevilla sin ganas que aburre a la grada
El partido, a pesar del tanto sevillista, no estaba teniendo intensidad alguna e incluso la grada parecía estar más calmada de lo que acostumbra. La afición reclamaba más y su equipo parecía no tener prisa por crear jugadas ante un rival que estaba demostrando ser claramente inferior.
La entrada de Bryan Gil y Munir pretendía dar una revolución en la delantera, pero no se estaba notando demasiado. El canterano no estaba consiguiendo entrar demasiado en el juego y el ’11’ sevillista, salvo una acción puntual a los minutos de salir, no estaba consiguiendo crear demasiado. Lopetegui parecía que podía usar su tercer cambio para traer a otro peso más arriba, pero tendría que usarlo para sustituir a Sergi Gómez por Diego Carlos ante su lesión.
Munir consigue finalmente animar el encuentro
Munir sería quien traería el segundo tanto pero no quien lo marcaría. En una jugada donde consigue recibir el delantero en la frontal del área, tras deshacerse de un rival, mandaría un zurdazo que detendría Joubert. El problema para el guardameta del Dudelange iba a ser que el esférico saldría rechazado justo a donde estaba Franco Vázquez, quien no iba a perdonar y pondría el segundo tanto en el marcador.
El delantero hispanomarroquí estaba con hambre de gol y no iba a tardar en sumar otro gol al Sevilla. En una buena jugada por la banda de Escudero, el lateral pondría un gran pase al punto de penalti para que Munir, quien entraba solo y con todo, batiría a Joubert.
El partido empezaba a animarse justo cuando llegaba a su final. Los diez minutos finales comenzaban y el Sevilla estaba volcado por completo sobre el área del Dudelange. Dabbur lo iba a intentar hasta el final pero su tanto no llegaría y el 3-0 sería finalmente el marcador definitivo.