Pocas luces en Balaídos

Celta y Valladolid se citaban en Balaídos con el objetivo de los tres puntos. Unos, los locales, para salir de la zona baja; los visitantes para colocarse en la  zona noble y poner tierra de por medio con el descenso. Debutaba Óscar en Balaídos poniendo en liza un once sin sorpresas. Repetía Sisto y volvía a la titularidad Santi Mina para formar un tridente de lujo con Iago Aspas. En el bando visitante,Sergio premiaba el gran estado de forma de Joaquín con la titularidad dejando en el banco a Alcaraz y Fede.

Arrancó el partido con un Valladolid algo más asentado llevando peligro por medio de Guardiola. Poco a poco los locales se fueron sacudiendo el dominio visitante y empezaron a asediar la meta pucelana. Ahí emergió la figura enorme de Masip para frustrar a Aspas primero y posteriormente a Sisto al que negó el gol con una soberbia parada. Vivía el Celta sus mejores minutos. Al Valladolid, muy fallón atrás, le sostenía una vez más el portero catalán. Los pucelanos intentaban conectar alguna contra pero el dominio estaba en manos gallegas. De esta manera se alcanzaba el descanso.

La segunda mitad comenzaba al igual que la primera, con una buena oportunidad de los pucelanos en la cabeza de Salisu. El partido entró en una fase de imprecisiones en ambos equipos y perdió ritmo. Aunque el Celta llevaba la iniciativa solo le daba para acumular saques de esquina. El Valladolid se limitaba a defenderse y a esperar algún error arriba. Con los cambios Óscar metió toda la pólvora que le quedaba. Volvía Rafinha y en la primera que tuvo dejó a Mina solo delante de Masip pero muy lento perdió una buena oportunidad. Con los cambios el Celta se volcó en los últimos minutos cercando la meta de los pucelanos. Mina la volvía a tener con un disparo que rozaba el palo tras internada de Gabi Fernández. Moría el partido con los pucelanos pidiendo la hora.

Al final reparto de puntos aunque lo intentó más el equipo vigués. El Valladolid mantiene las distancias con la zona baja en la que continúa el Celta.