Sin goles no hay paraíso

Qué partidazo. Sin más, ni menos. Emoción, oportunidades de gol, fútbol asociativo… Cada uno a su estilo -claro-, pero con el mismo objetivo desde el pitido inicial: convencer de que el proyecto futbolístico de Calleja y Simeone estaba más vivo que nunca, a pesar del bache de resultados por el que ambos pasaban. Pero sin goles, no hay proyectos ni ideas que valgan, y ensucia la visión del buen juego que ambos mostraron.

Pólvora mojada

La importancia de los tres puntos se notaba en cada ataque. En cada desmarque de Gerard Moreno, en cada internada de Joao Felix o en cada eslalon de Chukwueze. El tópìco de «más que una victoria» era una realidad en La Cerámica, y más si en la grada estaba presente el seleccionador nacional español. No se diferenciaba quien empezó mejor el partido, pues ambos exhibieron una de sus mejores versiones de la temporada.

Los hombres de Javi Calleja tenían claro que sin el control del balón poco podían hacer ante un equipo tan bien dotado de variantes como el Atleti. Juego por bandas y desmarques a la espalda de los laterales eran el precepto a seguir de los amarillos, y como oxigenador de juego aparecía Gerard Moreno, omnipresente en cada ofensiva.

La extraordinaria mejora de los de Calleja tardó en conseguir el dominio del partido. El Atleti exhibió una versión  muy parecida a la de frente al Barcelona. Pero, como siempre, faltaba lo imprescindible para que Simeone no se viera obligado a excusarse con «transiciones»: el gol. La pólvora estaba mojada, y eso dio alas a un Villarreal que acabó encerrando al Atleti en su área.

Misión imposible: marcar gol

El intermedio no hizo nada más que certificar que el Villarreal llevaba la voz cantante del partido. Con y sin balón, los hombres de Calleja tenían ideas más lúcidas que los colchoneros, y el paso de los minutos se sucedía con numerosos acercamientos del Villarreal, con Anguissa al mando de las operaciones. A los de Simeone solo les quedaba llegar a los dominios de Asenjo con contragolpes muy vertiginosos, pero no había gol.

¿De qué manera hablaríamos de este Atleti si sus jugadores tuvieran un mínimo de acierto diario? ¿Cómo se concibiría la figura de Joao Felix? Son preguntas que, obviamente, no tienen respuesta. Pero es que tal falta de acierto perjudica mucho el proyecto de Simeone, porque no consiguen alcanzar sus objetivos más primarios. Las ocasiones de ambos equipos fueron innumerables. Que el partido acabase con empate a cero fue de casualidad, porque el partido fue, en todo momento, espectacular.