Anuario 2019 del Real Sporting de Gijón
- Primera parte: Una nueva esperanza en primavera.
- Segunda parte: Todo se vuelve a desmoronar.
- Tercera parte: Un proyecto que suponía un cambio de paradigma.
- Cuarta parte: La irregularidad devuelve las voces críticas.
Una nueva esperanza en primavera
El Real Sporting de Gijón terminó el año 2018 con una racha de once puntos de quince posibles. Todo con la llegada al puesto de entrenador de José Alberto López, que reanimó a un equipo que estaba perdido y sin rumbo de la mano de su antiguo entrenador, Rubén Baraja.
Con la llegada de un nuevo año, también se abría el mercado de fichajes invernal. El equipo necesitaba mejorar en la zona de ataque, donde más problemas había en la plantilla. Para ello, Miguel Torrecilla de la mano de José Alberto trajeron a tres jugadores cedidos, un extremo derecho del Levante UD, Ivi López, un extremo izquierdo del Cádiz CF, Aitor García y un delantero centro del Real Betis, Alex Alegría. En el apartado de salidas, el delantero Neftali Manzambi probó suerte cedido media temporada en el Córdoba.
Para comenzar el nuevo año, el equipo gijonés tenía un reto ilusionante, la Copa del Rey. Tras superar al Éibar en Dieciseisavos de final, llegaba al estadio El Molinón-Enrique Castro “Quini” otro conjunto de Primera División, el Valencia. En el partido de ida, el conjunto de José Alberto dio la sorpresa y ganó 2-1. Una semana después, en Mestalla, el equipo no pudo aguantar las acometidas del conjuntó che y se clasificó para la siguiente ronda el que sería el campeón de esta edición unos meses más tarde.
Ya en la competición liguera, el primer mes del año se atragantó para el conjunto sportinguista. Un primer mes de año en el que acabó cosechando cuatro puntos de doce posibles; bajando hasta la duodécima poisición de la clasificación y con el play-off aún bastante lejos, a nueve puntos.
El equipo necesitaba reaccionar para no descolgarse de los puestos de arriba. Y eso fue lo que hizo. Ganó en el Francisco de la Hera de Almendralejo (0-3) con un gran partido de Djurdjevic, que empezaba a mejorar sus cifras goleadoras, muy escasas hasta el momento. Pero cuando parecía que el equipo estaba mejorando, una racha de tres partidos perdidos contra dos rivales de la parte alta, Osasuna y Las Palmas, y uno de la parte baja, Rayo Majadahonda, dejaba al equipo descolgado, en tierra de nadie, a once puntos tanto del play-off como del descenso, y a José Alberto López cuestionado por todos.
Un marzo perfecto del Sporting enseñó un camino
Con el equipo falto de ideas y sin mostrar ninguna seña de identidad, comenzó el mes de marzo dando la sorpresa ganando en Los Pajaritos. Después, en casa, consiguieron una nueva victoria en casa frente al Almería. Para poner la guinda, el equipo viajó hasta Córdoba, el colista de la categoría. No sin sufrimiento, consiguió, en un partido trabado, otra nueva victoria para llegar a la última semana de marzo. Era tiempo para disputar un derbi asturiano al que el Sporting llegaba en las mejores condiciones. Un derbi que se llevaron en un partido que acabó marcado por la polémica y la posterior ruptura unilateral de relaciones institucionales por parte del Real Oviedo.
Pero esas cuatro victorias consecutivas demostraron que el Sporting había encontrado el camino. En el 4-4-2 encontró un sistema sólido que conseguía que la defensa y los medios estuviesen juntos. La figura de Isaac Cofie se había fundamental. Las bandas, con Aitor García y Traver, tenían que dar profundidad y poner balones a Alex Alegría y Djuka para que marcasen los goles. Todo parecía entonces ir como la seda para llegar a la lucha por el ascenso.