El 2019 del Celta B: hacer borrón y cuenta nueva
Un año de sangre, sudor y lágrimas en el filial celeste
El 2019 no pasará a la historia del Celta B como uno de sus mejores años, sino todo lo contrario. Un año para olvidar, con mucho sufrimiento y ante el que hacer borrón y cuenta nueva y pensar en un 2020 en el que lograr el objetivo sin pasar apuros.
Sufriendo hasta el último minuto
La pasada temporada no fue un camino de rosas para el filial celeste. Un año complicado que acabó de forma aún más complicada aunque con un final feliz no sin pasar apuros. El 2018 acababa para el conjunto olívico con una derrota ante el Burgos por la mínima en Barreiro que dejaba a los de Rubén Albés con 22 puntos en el puesto 13 de la tabla, 3 por encima del descenso.
2019 arrancaba con la disputa del último encuentro de la primera vuelta ante ante el Salamanca en El Helmántico. Un partido del que el equipo salió goleado, 3-1, acabando la primera vuelta del campeonato muy cerca de la zona roja, a solo 2 puntos, y a 1 del Playout.
Había tiempo, quedaba toda una segunda vuelta para cambiar el rumbo y remontar, pero no fue así.A falta de un mes para el fin del campeonato, dos goleadas en Barreiro, 5-0 al Internacional de Madrid-Boadilla, y 4-2 al Unión Adarve parecían presagiar que el Celta B lograría la salvación sin complicaciones. Tras esos dos resultados el equipo se ponía con 45 puntos, barrera que habitualmente marca la permanencia, en el puesto 11 y con una renta de 10 puntos con el descenso.
Todo pintaba de cara pero el equipo no volvió a ganar en lo que quedaba de curso y si reaccionaron el resto de equipos de abajo llevando al filial celeste a acabar en puesto de Playout con 46 puntos.Duro golpe cuando los deberes ya parecían hechos. Ahora tocaría sufrir en una eliminatoria a vida o muerte en la que el destino lo emparejó con el Alcoyano.Una eliminatoria en la que los gallegos vencieron por la mínima en ambos encuentros, no sin sufrimiento, consiguiendo salvar la categoría y ser de bronce un año más.
Salidas importantes
Tras una dura temporada, llegaron los cambios. El ciclo de Rubén Albés en el filial celeste llegaba a su fin siendo sustituído por los hermanos Montes que venían de hacer una gran temporada en el Coruxo. En cuanto a la plantilla, hubo salidas imoprtantes como la de Diego Alende, Robert Costa, Rai Marchán, Álex Serrano, Mancebo, Víctor Pastrana o Iban Salvador dando varios de ellos el salto al fútbol profesional.
En el capítulo de llegadas, el club apostó por dar más protagonismo a la cantera con jugadores del juvenil que comenzaban a ser fijos en los onces y convocatorias de los Montes, así como las llegadas de Álvaro Fernández, Moha o Yaw Yeboah.
Pagando caro los errores
Un equipo joven, con piezs nuevas que amoldar tardó en arrancar el curso. El primer triunfo no llegó hasta la disputa del partido aplazado ante el Melilla y la disputa de la jornada 5 ante la Peña Deportiva. Una semana dorada que, sin embargo, volvió a dar paso a tres jornadas sin vencer. De nuevo, como si de un oasis se tratase, llegó un nuevo triunfo al que siguieron, de nuevo, 4 jorndas sin conseguir sumar tres puntos. Mejoró por fin el equipo como local consiguiendo dos victorias en los últimos partidos disputados aunque a domicilio la historia fue otra y el equipo cayó derrotado con contundencia. El último partido del año en Barreiro no se pudo disputar por la condiciones climatológicas por lo que con un partido menos el equipo acaba el año en puestos de descenso con 19 putnos, a 2 de la salvación.
Si bien es cierto que el Grupo I está muy apretado y con una racha buena despegas en la tabla, al equipo vigués le está costando mucho encontrar una regularidad y penaliza mucho sus graves errores defensivos en muchos partidos. La juventud del equipo sin duda ha sido un hándicap es esta primera parte de la temporada. Algo que buscarán corregir para no acabar el curso como la temporada pasada.
¿Y ahora qué?
Con el partido ante el Castilla pendiente y la visita a Getafe para acabar la primera vuelta. Así arrancará el 2020 para los celestes que necesitan reaccionar y conseguir enlazar triunfos para salir del pozo. Además, tras un mal arranque en casa, necesitan consolidarse y hacerse fuertes en Barreiro que debe ser un fortín ya que de ello dependerá en buena parte conseguir la salvación sin depender de un Playout como la temporada pasada. Un 2020 con un objetivo claro para el Celta B, la permanencia.