El año 2019 siempre dibujará una sonrisa para el aficionado del Albacete Balompié. Porque, con sus más y sus menos, ha sido un año con licencia para soñar. Empezando el año segundos –En posición de ascenso directo-, el Queso Mecánico estaba en una nube. Tras salvar la categoría por los pelos la temporada anterior, pocos esperaban que el equipo fuese a aumentar sus pretensiones. Y menos aún eran los que pensaban que lucharía por el ascenso. Pero así fue, dando inicio a uno de los años más recordados del Albacete Balompié en mucho tiempo.
El mercado de invierno trajo muchas incorporaciones al equipo de Luis Miguel Ramis: Álvaro Peña (Alcorcón), Borja Herrera (Reus), Dani Torres (Alavés), Muntari (Sin equipo) y Ballou Tabla (FC Barcelona B). Por otra parte; Jean Jules, Chus Herrero, Paulo Vítor, Adri Gómez, Jon Erice y Mathías Olivera dijeron adiós. Especialmente sensible esta última baja, ya que Olivera se había hecho con el lateral izquierdo de manera impecable durante la primera vuelta.
El primer partido de este 2019 le deparaba un rival duro: El Granada, líder de la clasificación. Un respetable 1-1 para mantener la posición y continuar con la dinámica de la primera vuelta. Enero terminó de la manera más idílica posible: El Albacete lideraba la clasificación tras una derrota de los nazaríes. 45 puntos para los manchegos, que seguían en una nube. Tras cerrar un buen febrero en el que estuvieron invictos, 2 empates les relegaron a la tercera posición con 50 puntos –Empatados con el Granada y a uno del Osasuna-. Un convulso marzo con 2 victorias, 1 empate y 1 derrota les mantuvo en esa tercera plaza a un punto de ascenso directo, mientras que los navarros se escapaban.
Comienza el bajón
Llegaba mayo y los albaceteños aún soñaban, ya que terminaron el mes en esa tercera posición que les daba derecho a disputar los playoffs. Aún restaban 2 partidos para conseguir el ascenso directo, pero todo apuntaba a que el Granada no fallaría y se haría con esa segunda plaza. Sí, el Albacete aún estaba en alza, pero este mes daría comienzo a lo que sería un pinchazo a final de temporada que aún perdura en la memoria de muchos aficionados. El “matchball” frente al Granada decidiría todo. Aquel 20 de mayo cambió la clasificación tal y como la conocemos. Un invicto Albacete en su feudo cayó 0-1 ante el Granada, que ganaba una final por el ascenso. Se veían así los manchegos relegados al tercer puesto, mientras que los nazaríes rozaban el ascenso con la yema de los dedos. Tras una victoria ante el Sporting, el Albacete volvió a caer en su campo, esta vez frente a otro rival directo: 1-2 para el Málaga, que confirmaba el bajón albacetista en este final de campaña.
A pesar de jugar con una mayoría de suplentes, la derrota por 3 a 0 ante el Almería en la siguiente –Y última- jornada no hizo más que confirmar las sensaciones de los últimos partidos: Este Albacete no era el de antes. Sin embargo, la lucha por el ascenso estaba ahí. Cuartos, con 71 puntos, los de Ramis podían decir que estaban dentro de los puestos de playoffs. Una gesta que nadie preveía a principios de temporada, y que les daba la oportunidad de ascender a la categoría de oro desde la última vez que lo hicieron, en la mágica temporada 2002-2003. El sorteo les emparejaba con el Mallorca, sexto clasificado y, a priori, el más “asequible”. Pero nada hay escrito en el fútbol…
Golpe de realidad
El primer asalto de este playoff ante el RCD Mallorca supuso un durísimo varapalo para los de Ramis: 2-0, con gol de Dani Rodríguez –Excapitán del Albacete- en el minuto 89. Malas sensaciones en un partido en el que los mallorquines estuvieron muy por encima. El Albacete no se daba por muerto y mantenía intactas sus esperanzas de cara al partido de vuelta en el Belmonte. No obstante, el 1-0 con gol de Béla fue insuficiente para igualar la eliminatoria.
Terminaba así una temporada para el recuerdo que, a pesar de tener un final muy cruel, no dejaba lugar a reproches para el equipo. Una plantilla que, con pocos recursos, consiguió muchísimo.
Fuga de cerebros
Tras una temporada más que sobresaliente, a pesar del final, era lógico que se produjese la típica “desmantelización” del equipo. Y si hablamos de los pesos pesados, tenemos 3 nombres propios que abandonaron el equipo: Eugeni Valderrama, Aleix Febas y Álvaro Tejero. Dos creadores en el centro del campo y un lateral. Eugeni volvió al Huesca tras la cesión, igual que Aleix Febas y Álvaro Tejero volvieron al Real Madrid para acabar desembocando en otra cesión en el Mallorca y Eibar, respectivamente. Otras bajas reseñables como la de Béla –Con polémica incluida-, Dani Torres, Mickael Malsa, Gentiletti, Ortuño y Álvaro Peña hicieron mella en la entidad blanca.
Sin embargo, el Albacete suplió esas bajas con otros muchos fichajes, entre los que destacan: Leonardo Capezzi (Cedido de la Sampdoria), Pedro Sánchez (Deportivo), Kecojevic (Cádiz), Eddy Silvestre (Alcorcón), Ergas (Cedido del Defensor Sporting), Olabe (Cedido del Eibar), Manu Fuster (Guijuelo), Gabriel Brazao (Cedido del Inter de Milán), Dani Ojeda (Cedido del Leganés), Álvaro Jiménez (Cedido del Getafe)
Por otra parte, y tras muchas especulaciones, el club consiguió mantener en sus filas a dos de los bastiones del equipo: Tomeu Nadal y Roman Zozulya, dos jugadores que contaban con ofertas muy suculentas en su mesa.
Borrón y cuenta nueva: La temporada de la irregularidad
Las malas sensaciones de la temporada pasada hicieron mella, y tal como la terminaron, la empezaron: Derrota por 3 a 0 ante el Almería, mismo rival y resultado con el que finalizó la temporada regular en la 2018/19. Montaña rusa de sensaciones en la temporada actual, ya que el equipo de Luis Miguel Ramis ha sido capaz de lo mejor…Y de lo peor.
Desde ganar –Siempre por la mínima, 1-0, hecho que ha caracterizado al equipo en esta campaña- a gallitos de la categoría como el Girona, Deportivo, Huesca, Málaga, Fuenlabrada, Alcorcón, Cádiz, Zaragoza…
Hasta empatar o perder con equipos más “asequibles” como Racing, Mirandés, Lugo, Extremadura, Real Oviedo, Tenerife…
Lo que está claro es que nadie sabe por dónde va a salir este Albacete. Lo cierto es que, a pesar de las victorias, las sensaciones no han sido buenas. El equipo se ha abonado al unocerismo, y una serie de afortunados –O desafortunados, según se mire- hechos, como palos, penaltis, goles en los últimos minutos, etc. ha hecho que el Albacete se mantuviese en puestos nada desdeñables a principios de temporada, llegando a ocupar de nuevo puestos de playoffs. No hay duda de que el Albacete ha sabido rentabilizar muy bien sus
victorias para dar guerra en la zona de arriba. Sin embargo, la “suerte” es limitada y no siempre pueden estar los acontecimientos a favor, por lo que el bajón desde estas primeras jornadas ha sido notable. No solo en cuanto a resultados, sino también en sensaciones. La falta de un centro del campo creativo, sumado a la poca efectividad de la delantera, hace que la entidad blanca haya firmado, en el cómputo global, una temporada sin pena ni gloria: Los de Luis Miguel Ramis se emplazan en la decimotercera plaza de la clasificación –Con un partido menos, tras la polémica de Roman Zozulya por la que se suspendió el partido frente al Rayo Vallecano-. 8 victorias, 3 empates y 9 derrotas para el combinado albaceteño, que tan solo ha marcado 14 goles –Equipo menos goleador de la categoría- por 21 encajados.
Cambio e ilusión son, quizás, los conceptos que rondan por las cabezas de los aficionados. Tras una temporada de ensueño, es difícil mantener el nivel. Solo el 2020 que nos espera desvelará si este año será tan bueno para el conjunto albaceteño como el anterior. Mientras tanto, la ilusión de los aficionados depositada en el equipo sigue intacta. Pero es obvio que se necesita un cambio, tanto deportiva como mentalmente.
3 nombres en este 2019
Tomeu Nadal: El hombre. Las fantásticas y repetidas actuaciones del portero balear han mantenido a flote a su equipo en innumerables partidos.Tras unos fuertes rumores acerca de su marcha en verano, renovó hasta 2022 con el Albacete el pasado 23 de diciembre.
Roman Zozulya: Puede no ser el máximo goleador, pero, sin duda, la garra y dedicación que muestra en la delantera le hace ser un artillero referente. Cuando hay que pelear un balón, a ningún defensa le gustaría cubrir al ucraniano.
Luis Miguel Ramis: Pueden gustar o no sus métodos, estilo de juego o decisiones tácticas. Lo que no se puede discutir es que el técnico catalán le ha dado una vuelta de tuerca al equipo desde que llegó, firmando la mejor temporada del club en muchos años.