El Athletic Club femenino cerró la temporada dando que hablar: gran curso en liga, meritoria Copa, y un míster que abandonaba el barco. Pero, al poco, se anunciarían buenas noticias: renovaciones, fichajes, y un nuevo entrenador bastante ilusionante.
Pretemporada: lesiones y dudas
Durante el verano se anunció la llegada de Ángel Villacampa al banquillo que había abandonado Joseba Aguirre. Un entrenador con experiencia contrastada en la máxima competición estatal. Había llevado al Atlético de Madrid a dos títulos de liga consecutivos.
El cuadro bilbotarra fue el primero en iniciar su pretemporada, con un stage. También fue el primero en recuperar a sus internacionales, que acortaron sus vacaciones tras disputar el Mundial.
Durante la pretemporada se vio un Athletic Club en proceso de adaptación. Debían de aclimatarse a las nuevas exigencias de preparación físicopsicológica y modelos de juego. Por momentos parecía que algunos de los viejos trucos del entrenador podrían no funcionar en su nuevo destino. Llegaron a perder la Euskal Herria Kopa en el verano, en el primer derbi vasco del nuevo curso. Además, tuvieron que hacer frente a lesiones durante esta etapa, aunque ninguna grave.
Dando tumbos: inicio dudoso de la competición
Tal y como se había desarrollado la pretemporada nada llevaba a pensar que fueran a tener un curso sencillo. Seguían dando guerra, pero los matices introducidos por Villacampa no se veían reflejados en el campo. Por momentos daba la impresión de dar tumbos. Algunos de los intentos por mover piezas y cambiar las cosas desde el banquillo parecían perjudicar más que ayudar. Esto se tradujo en irregularidad, con empates y derrotas algo inesperadas.
También han tenido, durante la primera vuelta, lesiones de distinta gravedad. Esto ha condicionado, seguramente, el rendimiento del cuadro. Futbolistas como Ainhoa Tirapu, Jone Ibáñez, Nekane Díaz o Yulema Corres, han estado o están lesionadas.
Mejoría, competitividad: dando resultados
Pero esto no ha hecho de las bilbaínas un mal equipo, ni un conjunto menos competitivo. Ganando o perdiendo, siempre ponen complicaciones a sus rivales, siguen dando guerra. Han tenido un inicio de temporada peor de lo esperado. Tras varias derrotas seguidas al inicio de la campaña, ha habido una notable mejoría a nivel de juego, de compenetración y de rendimiento. Clubes como el Levante, el Valencia o el Dépor Abanca derrotaron a las vascas.
Con el paso de las jornadas, independientemente del resultado, el proceso de adaptación se ha consolidado. Esto se ha traducido en un ascenso en la tabla clasificatoria. Así, han sido capaces de hacer perder puntos al Atlético de Madrid o de vencer en el derbi vasco. Tanto es así que ahora mismo se encuentran en cuarta posición. Estos resultados hacen augurar una segunda vuelta interesante por parte del cuadro rojiblanco.
Por Helena García (@hgamo18)