El Wanda Metropolitano rugía de emoción y nostalgia al ver sobre el verde de su feudo a uno de los jugadores más relevantes de la ‘era’ Simeone. Al igual que a Juanfran Torres, otra pieza clave del bastión defensivo de la mayor parte de los años del técnico argentino, su lateral izquierdo recibía un emotivo homenaje. Filipe Luis saltó al jardín del que ha sido su hogar, ante sus aficionados y respaldado por sus antiguos compañeros. El mítico ala zurda del sistema ‘cholista’ volvió a sentir las vibraciones que produce estar sobre la atmósfera generada por los ‘colchoneros’.
Seis minutos en este deporte pueden ser el equivalente de un suspiro, una cifra de tiempo insuficiente para reproducir oportunidades trascendentales. Trescientos sesenta segundos pueden desarrollarse de múltiples maneras, normalmente es en los compases finales de un partido cuando cada segundo adquiere un mayor valor. A no ser que quienes se enfrente arranquen a un ritmo endiablado, vertiginoso e impredecible. Cuando el silbato inicial supone al equivalente de la campanada que es sinónimo de la última vuelta en los 3.200 metros de atletismo. O bien, cuando los dos equipos saltan al terreno de juego con un 4-4-2.
Si los entrenadores son intensos, como Paco López y Simeone. Seis minutos pueden ser una montaña rusa de emociones. El éxtasis de la victoria contrarrestada por la cara amarga del empate, así sin tiempo suficiente para celebrar el empate y aún con la amargura en la boca, conseguir volver a adelantarse. Moría el minuto diez en el Metropolitano, cuando un jugador, portador de la mitad de esa cifra a la espalda, cambiaba su pie por su mano y se convertía en quarterback. Thomas lanzaba a la espalda de Toño para conectar con Trippier, quien sin que la pelota besara el césped servía una asistencia al primer toque a Correa. El argentino no necesitó más que acariciar el balón, tal como venía, para adormecer el esférico al fondo de la portería defendida por Aitor Fernández.
El toque del inglés, tras el cambio de sentido de Thomas, imprimió un plus de velocidad que descolocó el entramado defensivo de Paco López. Pero, ya les adelantábamos que seis minutos son tiempo suficiente para descolocar cualquier pronóstico. Minuto 12 y el Atlético de Madrid se imponía en el marcador, un gol tempranero que iniciaba un cómodo camino. Lejos de aquella realidad que empezaban a imaginar los aficionados rojiblancos, el caos estaba instaurado en el Metropolitano y ante eso no hay cura.
Una falta, aparentemente lejana, supuso un nuevo giro inesperado de los acontecimientos. Minuto 16 cuando Madrid enmudeció y el rugido de Roger Martí irrumpió entre las protestas aligeradas de Trippier. Campaña levantaba el cuero por encima de la barrera, el goleador granota trazaba una diagonal casi sin mirar el balón. Roger sabía que la pelota iría allí. Así, magistralmente, el ‘9’ del Levante conectaba su bota derecha con un balón caído del cielo, girándose a la par que golpeaba. Un movimiento de una belleza, eficacia y estética únicas. Morata fue tímidamente a la marca de Roger, pero el movimiento del delantero hizo buena la estrategia. Uno a uno y solo habían pasado tres minutos de los seis.
La intensidad estaba suponiendo un aliciente que aumentaba el interés de este partido, a partir de ella los goles nacían sin esfuerzo alguno. Minuto 18 y el ritmo caía a la par que Felipe plantaba los dos pies en el suelo tras el cabezazo que ponía el dos a uno. Sin tiempo para asimilar las emociones de los dos goles anteriores llegaría un tercero. Lodi amansaba un rechace, acunaba el esférico en su pie izquierdo, luego adelantó poco más de medio metro la pelota para tomar la carrera suficiente para golpearla. El brasileño produjo un centro que su compatriota convirtió en bueno. El central corrigió su posición en busca del remate, varios pasos atrás y en una posición extraña pudo emerger sobre su marca y contactar con el balón. Aitor poco podía hacer ante aquella delicia con sabor a Sao Paulo.
Seis minuto que acapararon el protagonismo absoluto del encuentro, minutos incontrolables, lejos de cualquier planteamiento o táctica impuesta por cualquiera de los dos técnicos. Pero, así es el fútbol, impredecible. Los minutos venideros el ritmo se mantuvo, aunque el peligro se congeló ante tan gélida atmósfera. Las defensas se arroparon de ayudas de los jugadores de la medular para evitar sumar más goles en el casillero. El miedo se apoderó de los protagonistas y el caos no volvió a aparecer durante los primeros cuarenta y cinco minutos.
El partido no admitiría ni un solo gol más y no sería por entusiasmo e intenciones. El partido finalizaría en el área. En la última jugada del partido Oblak se convierte en el héroe del partido. La figura del esloveno emergió en el momento más crucial del partido, un remate que sorprende al capitán del Atlético a pie cambiado y aún así repele el duro cabezazo. Un saque de esquina sería el último suspiro de este partido con Aitor Fernández subiendo a intentar rematar un posible balón que supusiese el empate del partido.
Ese gol nunca llegó, ni ningún otro tras aquellos seis minutos incontrolables. El Levante suma su duodécima jornada sin empatar un partido (ses victorias y seis derrotas), aunque no hubiese supuesto un inconveniente romper con esa estadística hoy. Los de Simeone sumaron su tercera victoria consecutiva, la primera de 2020 antes de embarcarse en el nuevo formato de la Supercopa de España.
Dos a uno en el electrónico y hubo oportunidades para modificar estos dígitos, sin embargo no fue así. Ni el duro golpeo de derecha de Joao Félix desde la frontal ni Correa en los últimos compases tras la cesión de Varela en el corazón del área. Tampoco pudo Bardhi en el ochenta y dos casi desde el suelo superar al esloveno.
Las ocasiones se sucedieron paulatinamente sin el ritmo de aquellos seis minutos donde el partido se decidió. Los sistemas se chocaron y el tren más fuerte se impuso en el marcador. El Levante tendrá que probar fortuna en la próxima ocasión para poder romper su particular maldición como visitante contra el Atlético de Madrid, puesto que aún no ha vencido al club madrileño.
Ficha técnica | |
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Atlético de Madrid: Oblak; Trippier, Giménez, Felipe, Lodi (Vitolo, min. 63), Correa, Thomas, Herrera, Saúl; Joao Félix (Germán Valera, min. 87), Morata. | |
Levante UD: Aitor Fernández; Cabaco, Postigo, Toño García; Coke, Campaña, Radoja (Vukcevic, min. 85), Bardhi, Rochina (Hernani, min. 72); Roger, Borja Mayoral (Morales, min. 46). | |
Goles: 1-0: Correa, min. 13; 1-1: Roger, min. 16; 2-1: Felipe, min. 18 | |
Árbitro: Ricardo de Burgos Bengoetxea. Comité vasco. Amonestó a Thomas (m. 27) por el Atlético; y a Rochina (m. 43), Cabaco (m. 52) y Vukcevic (m. 91) por el Levante. | |
Incidencias: Partido correspondiente a la decimonovena jornada de LaLiga Santander disputado en el Estadio Wanda Metropolitano (Madrid) ante 59.084 espectadores. |