Si hay algo más antiguo que la propia raza humana es el sentido de supervivencia. Eso que hace que en situaciones desesperadas todo el mundo sea capaz de cualquier cosa. Un ejemplo es el de abusar y aprovecharse hasta límites insospechados de un tercero. Eso es lo que le está pasando al Málaga desde que el reloj de la cuenta atrás hacia un punto de no retorno se activó.
Llegados a este punto, y con la situación que tiene al club necesitado de ingresar más de cinco millones de euros antes del 31 de enero, el club ha puesto en venta a toda su plantilla. Algo que ha hecho estallar -una vez más- a un Víctor Sánchez del Amo que el pasado sábado ya elevó mucho el tono en lo que el madrileño ha acostumbrado a hacer hasta la fecha. El problema es que ante la necesidad del moribundo club costasoleño, los ‘buitres’ ya están apareciendo en las cercanías. O lo que es lo mismo, los clubes que vienen a por sus jugadores a precio de saldo como son los casos de Keidi Bare, Antoñín, Álex Mula o Diego González, por ejemplo, pero hay y habrá más
Keidi Bare
El centrocampista internacional por Albania tuvo recientemente una oferta del Rayo Vallecano. Los madrileños ponían sobre la mesa medio millón de euros que el Málaga ha rechazado.
Antoñín
El gran descubrimiento de esta temporada y que no ha querido renovar a largo plazo. Su renovación es automática y su cláusula de tres millones. El Getafe ya preguntó por él, sin hacer oferta concreta.
Diego González
El central de Chiclana ya pudo salir a Alemania el pasado verano, pero no se llegó a un acuerdo para el traspaso. Recientemente han sido Granada y Elche los que han sondeado su situación, pero sin hacer oferta.
Álex Mula
El extremo se quedó sin ficha en verano tras negarle el club la posibilidad de salir. En este mercado de invierno su salida se da por hecha. Alcorcón y Real Oviedo han sido dos cuyo interés se ha hecho público. En la capital asturiana incluso se da por hecho un acuerdo con el jugador a falta de que salga del Málaga.