El 2020 no ha empezado con buen pie para los dos grandes del Principado. El Oviedo no pasó del empate ante el Málaga en un encuentro en el que, como en muchos otros, se adelantó y no supo conservar la ventaja. El Sporting, por su parte, cayó en Zaragoza víctima de sus numerosos errores, tanto atrás como arriba, en el estreno en el banquillo de un Djukic que admitió que no se pueden regalar los goles de la forma en que lo hace su equipo. Lo que está claro es que los dos necesitan ganar cuanto antes para recuperar la confianza necesaria que les permita alejarse de los puestos de descenso.
Sensaciones agridulces
- No hubo efecto Djukic: En un debut condicionado por una semana atípica, con un vestuario infectado por la gripe y un aplazamiento mediante que más que ayudar, fue más perjudicial. No hubo victoria en el debut del serbio y las sensaciones habrá quien se quede con los buenos minutos de un tramo en cada tiempo, como habrá quienes se queden con otros en los que fue ampliamente superado por su rival. Lo cierto es que se vio un cambio de propuesta. El equipo apostó más decididamente por la posesión, aunque le costase errores que deben ser subsanados de cara al próximo partido.
- Errores infantiles inadmisibles: Al Sporting en Zaragoza le condenó sus propios errores. Con el gol encajado en el primer minuto fue a remolque todo el partido. Pero ese no fue el único, porque durante casi todo el encuentro se sucedieron. Varios jugadores rindieron a un pobre nivel y demuestran no estar en condiciones para ser titulares a día de hoy en este equipo. Hubo errores defensivos graves y evitables que fueron decisivos. Algo que en un campo como La Romareda supone una condena de muerte sin posibilidad de conmutar dicha sentencia.
- Muchas ocasiones marradas: Pero una de las cosas positivas fue que, con el marcador en contra, el equipo no se vino abajo como solía hacer. Sigue sin remontar un partido desde hace 10 meses, pero ayer fue valiente y no le perdió la cara en ataque. Generó más ocasiones -y para los agoreros, no solo tras el 2-0 que también la hubo antes- que en ningún partido como visitante esta temporada e incluso diría que en gran parte de la campaña anterior. Pero todas se fallaron, prolongando la agonía de este equipo para lograr un gol. Otro aspecto que requiere de ser solucionado cuanto antes.
- Un mes de enero clave: El problema que tiene tanto Miroslav Djukic como el Sporting es que enero es el mes en que debe definir donde quiere estar. A todos los niveles. Es el mes en el que debe dar un paso adelante, si aún quiere poder aspirar a luchar por cotas mayores o a intentar acabar únicamente la temporada de la forma más digna posible. Sea cual sea la elección, que la forzarán los resultados sobre el césped, todos los estamentos del club deben trabajar a marchas forzadas, incluyendo por supuesto la dirección deportiva, donde Miguel Torrecilla tiene su último y más importante examen.
Carbón por Reyes
- Punto insuficiente. Entrando en lo estrictamente deportivo, el punto deja al Oviedo insatisfecho. El encuentro se puso de cara, con un tanto de Sangalli, al que ayudó la colaboración del meta del Málaga. Munir falló incomprensiblemente y permitió a los azules adelantarse. A partir de ahí, el cuadro asturiano dio un paso atrás, y en una jugada revisada por el VAR, el cuadro andaluz empató desde los once metros. Otra oportunidad perdida, otro partido en el que el equipo se adelantó y dejó escapar dos puntos ante un rival directo.
- Duelo perdido. La diferencia de goles particular se antoja clave en el tramo final de la temporada. Y el Oviedo ya la ha perdido con el que presumiblemente sea uno de sus rivales directos. El Málaga se llevó un punto de oro del Carlos Tartiere. Los andaluces, de este modo, superarán al cuadro carbayón en caso de empate a puntos. En el fútbol, todos los encuentros de la segunda vuelta tienen un análisis que va más allá de lo que muestre el luminoso, y en este caso, el conjunto asturiano ha perdido su primer duelo.
- El Tartiere tiene la llave. La operación parece sencilla. Quedan diez encuentros en casa y el equipo necesita veintisiete puntos para llegar a la ansiada cifra de cincuenta. El Oviedo deberá remar mucho desde ahora y hasta final de temporada para lograr la salvación. Casi una vuelta al completo. Al margen de los refuerzos que puedan llegar, los partidos en casa podrían ser la gran baza que maneje el equipo antes de dar por concluida la temporada. Los azules necesitan hacerse fuertes en el Tartiere cuanto antes si no quieren sufrir en exceso al finalizar la campaña.
- Los refuerzos. Se lleva hablando de ello varios meses en la capital del Principado. La ventana invernal se mirará con lupa en el Real Oviedo. Por el momento, nombres como Luismi y Lunin suenan con mucha fuerza, aunque aún no se han acabado de concretar. Por otro lado, quien está ya preparado para ayudar al equipo es el capitán. Saúl Berjón ya se ha entrenado junto a sus compañeros y es la gran baza con la que cuenta Rozada para cambiar la actual dinámica de juego y resultados.