El futuro de Carlos Castro (Ujo, Asturias, 1 de junio de 1995) vuelve a ser incierto en una ventana de mercado. Desde que en el verano de 2018 fichase por el Mallorca procedente del Sporting, no ha habido ventana de mercado en el que no cambiase de equipo. Tras empezar siendo importante en el cuadro bermellón, en enero de 2019 se fue al Elche. Allí cuajó un aceptable papel en el cuadro ilicitano, pero volvió a Mallorca, donde se quedó sin sitio tras el ascenso, recalando de nuevo cedido en el Lugo.
Pero en el cuadro albivermello, Carlos Castro no ha encontrado su sitio. En las veintidós jornadas disputadas apenas ha disputado diez encuentros, solo uno como titular y acumulando 231 minutos. Su continuidad en el Anxo Carro se antoja difícil pues el jugador quiere jugar, pero nadie en la categoría de plata parece interesarse, por ahora, en él. A día de hoy solo podría obtener esos minutos que busca en Segunda División ‘B’. Ya que de hecho, según adelantó Radio Ibiza – Cadena SER, la UD Ibiza piensa en él como refuerzo invernal.
Pero eso plantea un escenario en el que el jugador no quiere entrar, que es el de bajar una categoría. Carlos Castro no se plantea bajar a jugar a Segunda División ‘B’. El Ibiza, que ya ha sondeado su situación, sabe de esa negativa y se mantendría a la espera. El cuadro pitiuso que preside Amadeo Salvo, marcha como tercer clasificado del grupo I y buscar pelear por el ascenso a LaLiga SmartBank. Además la entidad ibicenca tiene capacidad económica para costearse su salario. Será la evolución del mercado la que marque si Carlos Castro encuentra acomodo en la categoría de plata o debe bajar un escalón. Lo que parece claro es que, una ventana de mercado más, cambiará nuevamente de equipo.