Mucha voluntad y poca precisión en El Sadar
Osasuna y Valladolid empataron a cero en un partido muy disputado en el que las defensas se impusieron a los ataques. El cuadro local fue de menos a más y acabó asediando la portería de Masip, pero los pucelanos supieron resistir para rescatar un punto de un campo muy duro.
Tarde fría y lluviosa en El Sadar, en la que a ambos conjuntos les costó entrar en calor. El Valladolid, estrenando esquema de tres centrales, arrancó cediendo la iniciativa a Osasuna. El equipo local, más acostumbrado a aprovechar el error del rival que a madurar las jugadas de ataque, no consiguió hilvanar acciones de peligro. No obstante, la presencia del enrachado Chimy Ávila en punta de ataque era una amenaza constante. El argentino fue el primero en probar a Masip con un chut lejano que el meta pucelano despejó de puños.
La primera ocasión del Valladolid no llegó hasta el minuto 18. Fue una falta al borde del área lanzada por Sergi Guardiola, cuyo disparo se marchó por encima de la portería de Herrera. No tardó en contestar Osasuna, con un centro lateral cabeceado alto por David García. No obstante, el partido no tenía demasiada continuidad, con ambos equipos apostando por un juego directo que propiciaba constantes pérdidas de balón.
Adrián, muy activo durante la primera media hora de encuentro, tuvo en sus botas el 1-0 para el conjunto local, pero el delantero no acertó a definir ante Masip, que rechazó el balón a córner. El Valladolid replicó con un centro de Antoñito rematado por el debutante Raul García, pero Herrera se estiró y detuvo el esférico en dos tiempos.
No ocurrió mucho más durante una primera parte insípida. que demostró que ambos conjuntos son más reactivos que proactivos. Aridane, Salisu y Kiko Olivas, conforme su rendimiento durante toda la temporada, rayaron a buen nivel, y al descanso se llegó sin que nadie abriese el marcador.
La segunda mitad comenzó con mucha más emoción. En el minuto 47, Enes Unal remató con el pecho una falta lateral y Herrera realizó una grandísima parada para despejar el balón, lanzándose junto al palo y desviando el balón con la yema de los dedos. El cuadro de Sergio González se quedó cerca de plasmar en el marcador su mejoría, en un mano a mano en el que Sergi Guardiola intentó una vaselina que se fue rozando el larguero.
Osasuna sufría, pero los navarros se agarraron al incansable Chimy Ávila para meter el miedo en el cuerpo al Valladolid. El atacante fue capaz de controlar un balón en el medio del campo, y con mucho empuje, llegar hasta el área rival, donde Salisu llegó al corte de manera providencial para evitar el tanto local.
Los rojillos, solventado el buen inicio del Valladolid, volvieron a dominar el encuentro, pero ni Roberto Torres ni Rubén García tenían su día. Quizás por eso, Alkiza, en el banquillo debido a la sanción de Arrasate, decidió introducir al campo a Robert Ibáñez. Los locales elevaron paulatinamente su intensidad, y durante el último cuarto de hora los acercamientos al área de Masip fueron constantes.
Osasuna asedió, impulsado por una afición que llenó el campo pese al mal tiempo, pero los atacantes no encontraron precisión ante la portería rival. El Chimy volvió a intentarlo en el minuto 87 con una espectacular volea, pero Enes Unal desvió el balón a córner en el último momento, y el Valladolid aguantó la presión para llevarse un punto de El Sadar.