La alarma en el Rayo Vallecano se encendió en la sesión de entrenamiento del miércoles. El argentino Leo Ulloa se hacía daño solo en una rodilla y tenía que abandonar la sesión de entrenamiento. Paco Jémez veía como el riesgo de quedarse lo que queda de temporada sin su delantero titular era muy alto. Una primera exploración aumentaba las sospechas de una rotura del ligamento cruzado, aunque dicho diagnóstico no será confirmado hasta la realización de pruebas radiológicas.
No obstante en el club ya se ponen a trabajar en el escenario de que esa sea la lesión del argentino. De confirmarse esa grave lesión de Leo Ulloa, el Rayo podrá fichar a un sustituto. Tendrá un mes una vez la RFEF autorice el fichaje dando la baja al argentino, pero es un fichaje con severas restricciones. Debe ser un jugador en paro o que juegue en España. Algo que reduce mucho el mercado y además dificulta la operación, pues al estar fuera de mercado los clubes no suelen acceder a negociar salidas de sus jugadores.
Además, mientras llegue o no un delantero, eso deja a Paco Jémez con Yacine Qasmi, llegado en las últimas horas del mercado desde el Elche, como único delantero de la plantilla. Si bien Jémez ha actuado en bastantes minutos esta temporada con Andrés Martín como ‘falso’ nueve. Ambos serán los encargados de paliar la probable baja de larga duración de Ulloa.
Cobeño podría vivir sus últimas horas en el club
Pero ese fichaje, de producirse, probablemente no lo hará el actual director deportivo rayista, Diego Cobeño. Los audios filtrados a la Cadena SER y que la emisora ha hecho públicos del ‘caso Advíncula’ le han situado en el ojo del huracán. No solo por las supuestas irregularidades en los pagos al jugador peruano, sino también por las polémicas declaraciones sobre el propio entrenador del club, Paco Jémez. Todo esto hace que el director deportivo rayista se esté planteando dejar el cargo. De esta forma, si se consumase la salida de Cobeño, él no sería el encargado de intentar fichar a un sustituto para Ulloa.