El sportinguismo recupera la fé en sí mismo

Una grada volcada en Santander junto a la mejoría del equipo en el juego suponen el primer gran día de fútbol para el Sporting en casi 2 años

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En un hito relevante de esta temporada, el Sporting ha vuelto a ganar fuera de casa. Sin embargo, una victoria puede quedarse en anécdota si no la acompaña nada. Esto fue evidente durante la temporada anterior, en la que más allá de los 3 puntos no había más que un acierto puntual y el equipo se vino abajo, terminando la temporada sin ningún tipo de ilusión entre el sportinguismo.

Este viernes contra el Cádiz se puede redefinir la temporada con un buen resultado. La afición no puede fallar.

Este año la temporada parecía comenzar mejor y a la ilusión de la grada se sumaron buenas actuaciones, pero por desgracia esto no paso de ser un mero espejismo, ya que Jose Alberto López nunca fue capaz de crear un «algo» que facilitara el camino. Con Djukic se han visto buenos momentos de fútbol y se están consiguiendo puntos de manera regular como para poder salir de la zona peligrosa. Aún así esto tampoco tenía valor porque faltaba el mayor activo del club, la grada. La victoria en Santander sin embargo, debe suponer un cambio para todos los aficionados que se sientan cada fin de semana a ver a su equipo en El Molinon-Enrique Castro «Quini». Porque muestra ese camino que el Sporting no ha sabido encontrar desde el año 2018.

Ya no está Jony, ni por ende el equipo de «los guajes» de Abelardo. Tampoco está ya Manolo Preciado, por mucho que lo echemos de menos. Y por desgracia ninguno de todos los que añoramos volverá. ¿Que queda entonces? El recuerdo y lo que aprendimos. El recuerdo de lo felices que fueron los sportinguistas en aquella época, pero de los recuerdos no se vive, por lo que debemos tomar aquello como ejemplo.

Siempre se recuerda el fútbol atrevido del equipo de Preciado y el derroche de esfuerzo del de Abelardo. Pero el nexo común entre ellos es la grada; No se era severo con los jugadores, si no que se sufría con ellos y se les alentaba por el esfuerzo. Eso llevó en volandas a ambos equipos, que sin la grada, no hubieran pasado de ser equipos de mitad de tabla.

Djukic dijo en su presentación que los jugadores debían dar algo a la grada para que la afición respondiera. En los últimos partidos tanto como el entrenador como el equipo muestran signos de mejora y de crear un camino, por lo que el sportinguismo si quiere disfrutar debe coger esas buenas intenciones de los jugadores y ayudarlos para seguir ganando, independientemente de quien y donde juegue. Este viernes contra el Cádiz se puede redefinir la temporada con un buen resultado. La afición no puede fallar.

Que ruja El Molinón-Enrique Castro «Quini». Que ruja el Templo y eso le haga recordar como se hizo feliz a sí mismo hace no tanto.

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