Eriksen y Lukaku dan forma al triunfo del Inter
EL danés, con su primer gol, y el belga, de penal, brindan la victoria al Inter en un partido que tomaron de manera atípica, pero del que lograron salir victoriosos.
Por la ida de los 16° de final de la UEFA Europa League, el Inter de Milan logró derrotar al Ludogorets (0-2) y poner un pie en la próxima ronda. Los de Antonio Conte se repusieron rápidamente de la derrota ante la Lazio (2-1 en el Olímpico de Roma el fin de semana pasado) para doblegar a un equipo búlgaro que quiso, pero no pudo. Eriksen, primero como interista, y Lukaku, casi al final, convirtieron los tantos de los «neroazzurri», con un ojo en esta competición que les puede permitir «tocar metal» al final de temporada.
Ya sin la opción de seguir con el resto de los grandes en la Champions League, el Inter se plantó en Razgrad quizás un poco desanimado. Casi sin querer, se encontró con la primera ocasión, por medio de Biraghi, que vio como su disparo fue taponado cuando ya tocaba meta, ante un tímido rival. El Ludogorets, habitual a jugar en Europa en estos años, observaba como los italianos dominaban sin oposición. El campeón búlgaro cambió de entrenador en la semana, explicando su frió inicio, pero en cuanto se entonó puso en ligeros aprietos al Inter. Valiente en la propuesta, «manosearon» por tramos a un equipo «neroazzuro» atípico.
Las «Águilas» empezaron a presionar más alto, a complicar la salida del Inter, y jugar en su campo. Marcelinho, su estrella, comenzó a llevar peligro con el balón en sus pies, y en una jugada individual casi se pone de cara contra Padelli, Ranocchia estuvo atento para cortar. Con el paso de los minutos, el partido fue entonándose un poco y el Inter tomó consciencia del peligro que podía suponer el Ludogorets. Ya con las ideas claras, el Inter aprovechó los espacios que su oponente dejaba para la subida de sus carrileros. Así, Moses volvió a poner un centro al segundo palo donde Biraghi por poco anota, pero la defensa desvió el remate, otra vez.
Alexis, que estaba siendo el más desequilibrarte de su equipo, puso un buen centro que Eriksen no llego a concretar. Para entonces, el partido ya comenzaba a bajar ritmo y el Inter, como al principio, retomó control sobre los búlgaros. No fue hasta que volvieron de vestuarios que el Inter dio un paso adelante. Alexis, siempre con la misma tónica chispeante, mando un remate al palo para plasmar la que iba a ser una eterna superioridad de los «neroazzurri». Sin la misma iniciativa ni atrevimiento que en el primer acto, el Ludogorets alternaba refugiarse en su campo con una pobre posesión.
Pasado la hora de juego, Conte retiró a Lautaro, impotente todo el juego, para el ingreso de Lukaku. A la postre clave el cambio, ya que el belga fue participe en los dos goles interistas. A falta de veinte minutos para la conclusión, Vecino coló un balón dentro del área que el ex del United aguantó y cedió a Eriksen, quien soltó un disparo que puso en ventaja a su equipo. Primer gol del danés para dar una momentánea ventaja que el mismo pudo volver a ampliar cuando el palo escupió otro remate suyo. Con más dominio que antes, el Inter se dedicó a ir por la sentencia.
Casi lo consigue con Vecino y Alexis, ambos disparos rebotaron en la defensa. Hubo también unos pequeños intentos del Ludogorets, la mayoría cortados por un Godín estelar. La apuesta de Conte creció cuando retiro a Moses por Barella y cambió a defensa de 4. El cambió casi resulta fructífero, casi porque el italiano desaprovechó un gran centro de D’Ambrosio para aumentar la ventaja. Ya no existía rastro del campeón búlgaro, sumiso ante un rival crecido. Todo concluyo cuando en un tiro de esquina botado por Eriksen, el VAR mandó al juez a revisar una posible mano. El colegiado cobró la pena máxima, que Lukaku se encargo de cambiar por gol.
Partido anticlimático del Inter, construido para jugar marte o miércoles, escuchando otro himno. Pero así es el fútbol. Supieron salir de su propio «mal humor» para doblegar a un Ludogorets que lo quiso intentar, pero resultó vencido, quizás con piedad viendo las ocasiones de los «neroazzurros». A pesar de tener la llave prácticamente cerrada, el Inter tiene recibir al equipo búlgaro en el Giuseppe Meazza la próxima semana para certificar su acceso a la siguiente ronda.