Si hay un refrán popular como pocos en España es el de «a quien madruga, Dios le ayuda». Aunque su certeza es más que discutible lo cierto es que en muchos aspectos de la vida no dejarlo todo para el último día, otra costumbre muy reconocible de la sociedad española, suele traer beneficios. Eso se lo está aplicando desde hace semanas el Real Betis, que no tiene ni el más mínimo reparo en buscar ya entrenador para el próximo curso y que las conversaciones se hagan casi hasta públicas.
La salida de Rubi solo depende de los próximos resultados. Si frente a Real Madrid y más aún, en el derbi frente al Sevilla, la situación no mejora, la continuidad del catalán más allá de marzo es complicada. En ese caso un interino acabaría la temporada para salvarla de la forma más digna posible. Pero lo que es seguro es que su vía se termina en mayo con el final de temporada a lo sumo. El de Vilassar de Mar dejará el club como mucho cumpliendo la primera de las tres temporadas que ha firmado. Porque para el próximo curso el Betis estrenará entrenador.
En la Avenida de la Palmera ya tienen claro a quien quieren para hacerse cargo del equipo. El convencimiento del club es total, ahora falta convencer al elegido que no es otro que Javi Gracia (Pamplona, 1 de mayo de 1970), tal y como adelanta Estadio Deportivo. El ex-técnico de Almería, Osasuna, Málaga y Watford entre otros es el que más consenso genera en el Betis. Bastante por delante de otros dos candidatos en buena posición como son Marcelino García Toral y Manuel Pellegrini
El asturiano y el chileno gustan en el club, pero no tanto como el ex-técnico del Watford. Gracia fue destituido en septiembre poco después de haber sido renovado hasta 2023 a razón de cinco millones de euros anuales. El Betis no alcanzará esta cifra, pero si está dispuesto a darle más de los 1,4 millones que Rubi tiene firmados. Para ello están dispuestos a darle al navarro un contrato de larga duración. Éste sería de unas cuatro temporadas para compensar el elevado caché que tiene a día de hoy.
La intención es cerrar un principio de acuerdo pronto. El Betis juega con la baza de que quedan más de dos meses hasta final de temporada y puede adelantarse a otros clubes. Por ello la intención de no dilatar en exceso una negociación que les haría perder mucho de ese valioso tiempo para cerrar el entrenador antes de que haya competencia en el mercado.