Osasuna le pone más ganas en El Sadar
Victoria por la mínima de Osasuna ante un Espanyol que acabó el duelo sin portero
El Sadar abría la jornada del domingo con un duelo entre Osasuna y Espanyol. Primer córner del partido fue para Osasuna. Lo forzó Roberto Torres en su duelo personal ante Dídac. Lo envió arriba Aridane. Se elevó el central, perfecto marcando los tiempos en el salto y el cabezazo, no tanto en la dirección, ya que su remate se marchó arriba. Salió el conjunto rojillo con intención y ganas de mandar desde el comienzo. Querían recuperar los navarros esos eléctricos inicios, casi ceremoniales en Pamplona.
Acumulaba llegadas y córners el equipo local. Siempre había un desmarque de ruptura o una opción de pase en el bloque de Arrasate. Le salía todo bien a los rojillos en el tramo inicial del duelo. Ante el bombardeo local, no sería hasta el 11′ que llegaría la primera ocasión perica. Le pegó desde la frontal Embarba. Con poco éxito. Se marchó muy arriba. Poco tardó en llegar la segunda. El centro de Embarba desde el costado derecho lo remató Wu Lei, aunque de aquella manera. Casi se marchó a saque de banda. Síntomas de mejora del Espanyol que lo volvió a intentar con un cañonazo de RDT.
Tras unos minutos de ocasione mutuas, el partido entró en una fase intrascendente donde ninguno quería cometer errores. En el 33′ pedían penalti los locales. Rodeado por dos contrarios, sacó el centro Kike Barja en el interior del área, golpeando en el brazo de Javi López. Lo tenía pegado, eso justo intentaba explicarles a los jugadores rojillos De Burgos Bengoetxea.
Poco después sería providencial Cabrera. Metió la pierna en el momento justo a ese balón que dejó pasar inteligentemente Kike Barja para la llegada, solo, de Rubén García. Había tal atasco en el carril central de El Sadar que prácticamente se difuminó el centro del campo. El partido se jugaba de área a área, aunque con poca -o casi ninguna- sensación de peligro. Con el 0-0 se llegaba al descanso.
El segundo tiempo comenzó con paradón de Diego López. Clavó el cabezazo en el suelo Brasanac, con esa consiguiente peligrosidad, respondió estirándose a las mil maravillas el portero del Espanyol para evitar el primero. Justo después llegarí el gol, de penalti. Centro de tres dedos, con el exterior, de Roberto Torres, que acabó por estamparse en la mano extendida de Víctor Sánchez. No necesitó ni ir al VAR De Burgos Bengoetxea. Lo convirtió, no solo con firmeza Roberto Torres, si no con arte. A lo Panenka, con mucho globo, adelantaba el ’10’ rojillo a Osasuna.
Debía reaccionar un Espanyol que poco después tendría el empate. Cedió Embarba para Calleri, que le dobló como un gamo. Cabalgó el argentino, que apuró tanto la línea de fondo que se estampó con una cámara, para poner el centro a su ‘parteneur’ ofensivo. La raspó RDT, pero no fue suficiente. En la réplica salvó el segundo de nuevo el meta gallego del Espanyol. Milagrosa su pierna para salvar el tanto de Enric Gallego, que tuvo todo el tiempo del mundo en el mano a mano. Partido de ida y vuelta.
En el 70′ la tuvo Enric Gallego. Apuró la línea de fondo Rubén García, que consiguió sacar un centro con mimo al que acudió afilado al primer palo el veterano delantero, que la mandó fuera. Cariacontecido el Espanyol, que vio pasar la sentencia. En el 82′ el Espanyol se quedó sin portero. Acudió Diego López sobre la línea a blocar un balón, le estorbó Víctor Gómez, y De Burgos Bengoetxea consideró que acabó fuera de la línea del área, cometiendo infracción. Falta muy peligrosa para Osasuna, prácticamente sobre la línea. Cabrera bajo palos.
No se movió el marcador en El Sadar y Osasuna se llevaba un triunfo de oro ante un Espanyol que se sigue complicando la vida.