Y ahora, ¿qué?

La suspensión de todo el fútbol en todas las categorías durante dos semanas provoca un problema de calendario que puede tener una difícil solución

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La pandemia mundial del COVID-19 ha hecho que en España se paralice toda actividad deportiva durante al menos 15 días. El fútbol profesional se resistió, pero finalmente abogó por la suspensión, una medida de fuerza mayor y paraliza también su actividad por ese tiempo. Esto, a nivel competitivo, provoca un problema de calendario bastante severo. La competición se verá alterada cuando se reanude -si lo hace, que tampoco es algo seguro- y será momento de tomar decisiones sobre que pasará entonces con las jornadas suspendidas.

Alternativas hay varias, pero todas ellas, salvo una, tienen el mismo problema. Y es que si este ‘cierre’ se mantiene en el tiempo será materialmente imposible finalizar la competición en su totalidad. Cabe recordar que las temporadas duran hasta el 30 de junio y no puede prolongarse hasta más allá salvo que la FIFA se saque algún invento bajo manga para que así sea.

Hay categorías como Segunda División ‘B’ o Tercera División cuya competición se puede extender hasta el 28 de junio. De forma que recuperar fechas no será fácil si muchas jornadas se van suspendiendo. Un asunto peliagudo que no tendrá solución sencilla, pero las alternativas ya están servidas.

Reordenar el calendario

Por ahora serán dos jornadas suspendidas. Si el próximo 25 de marzo, como anunció Luis Rubiales, en la Comisión de Seguimiento de la RFEF, AFE y LaLiga se considera que se puede reanudar la competición, esas dos jornadas no serán un trastorno muy importante. Obligará, eso sí, a jugar dos jornadas más entre semana con casi total seguridad. Esas jornadas previsiblemente serían las aplazadas, aunque también cabe la posibilidad de cambiarlo todo (algo, eso sí, muy poco probable).

El problema vendrá si la suspensión se prolonga más tiempo. Como decíamos, en Segunda ‘B’ y Tercera, algunos equipos están llamados a terminar la competición el 28 de junio, lo que hace que sus fechas libres para disputar jornadas aplazadas sea muy escasa. Pero en el fútbol profesional la situación también generaría un estrés de partidos muy alto para acabar la temporada.

Suspensión definitiva

Este escenario, por radical que parezca, ya está sobre la mesa. Tanto RFEF como LaLiga ya lo tienen como una opción muy real. LaLiga no quiere ni oír hablar de ello por ahora debido al impacto económico que tendría una suspensión definitiva. Este es el escenario más incierto, porque en Primera y Segunda quedan once jornadas por jugarse, diez en Segunda ‘B’ y en Tercera dependiendo del grupo, hasta trece. En este caso habría que decidir que hacer con los ascensos y descensos posibles. Todo un quebradero de cabeza y de no fácil solución.

Rubiales y Tebas
A estos dos señores se les presenta un buen marrón en las próximas semanas

¿Y si se suspende la Eurocopa?

De cara al fútbol profesional esto sería un alivio pues le dejaría más fechas hasta el 30 de junio para acabar sus competiciones. Pero en Segunda ‘B’ y Tercera no se arreglaría nada, porque sus calendarios ya coinciden a día de hoy con la propia Eurocopa.

Sin embargo lo cierto es que, por ahora, que no se celebre la Eurocopa tal y como está previsto parece poco probable se dé. Se sabrá el próximo martes que se reúnen todos los miembros de la UEFA. Para suspenderse tienen que estar de acuerdo los 55 miembros de la UEFA. En esa reunión, si se decide no celebrarla tal y como está previsto, las opciones son dos: suspenderse definitivamente o intentar buscarle acomodo más tarde, probablemente en 2021.

Sin embargo la opción de aplazar un año es complicada. En junio de 2021 la propia UEFA tiene programa la fase final de la Nations Cup y la FIFA disputará su ambicioso proyecto del mundial de clubes con 24 equipos de todo el mundo. Las relaciones de Aleksander Ceferin en la UEFA con Gianni Infantino en la FIFA son muy tensas y penden de un fino hilo que ha estado cerca de romperse. De forma que parece difícil que la Eurocopa pueda disputarse en 2021.

Pero si se toma la decisión tanto de suspender como de aplazar, como ocurre con LaLiga, el impacto económica sería crítico. Ya lo ha sido con la Champions y la Europa League, con pérdidas económicas que el ente máximo del fútbol europeo aún no ha cuantificado. Ese y solo ese ha sido el motivo por el que la UEFA ha intentado por todo lo posible no aplazar ni suspender, aunque no le ha quedado más remedio.

Resumiendo… un buen marrón entre manos

Lo cierto es que no hay solución fácil, pues estamos hablando de un buen «marrón» para todos los actores implicados. El COVID-19 más allá del terrible daño que está ocasionando a la población ha logrado algo que parecía imposible: parar el deporte rey. Al menos durante 15 días.

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