El pasado verano el Lugo fichó a Jilmar Torres (Armenia, Colombia, 18 de mayo de 1994) por dos temporadas. El lateral zurdo llegaba libre desde el Melilla donde había cuajado una notable temporada en un equipo que peleó por el ascenso hasta casi la última eliminatoria. A las órdenes de Luis Carrión, ahora en el Numancia, el hispano-colombiano cuajó su mejor campaña de las tres que llevaba en la ciudad autónoma. Esa parecía que le abría las puertas a la Segunda División, pero aunque el Lugo apostó por él firmándole dos temporadas, no lo vio claro.
Eloy Jiménez decidió comunicarle que lo mejor era que saliese cedido. Así en los últimos días del mercado de verano salió a préstamo al Andorra para que volviese a tener muchos minutos y siguiese demostrando su nivel. Y a buena fe de que en Prada de Molés lo está haciendo. Con 2.142 minutos disputados, el lateral zurdo es el quinto jugador de la plantilla en minutos. Ha jugado un total de 26 encuentros, 24 de ellos como titular aportando dos asistencias a su equipo.
Pero más allá de sus números Jilmar Torres está demostrando que su nivel ya es de lo más elevado en Segunda ‘B’ y clama por una oportunidad más arriba a sus casi 26 años. El Lugo está tomando buena nota de su rendimiento en Andorra. Con Lebedenko cedido hasta junio de 2021 en Ucrania, el decepcionante rendimiento que ha ofrecido Canella y que Kravets se volverá a ir en verano, su vuelta a Lugo tiene muchos visos de ser con garantías de poder pelear por un puesto.
Además su polivalencia también le permite actuar como central zurdo. Un refuerzo que el Lugo tendrá que valorar con mucha seriedad su rol de cara al año que viene.