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Una sequía histórica

Que el Racing vaya último es algo que se explica de muchas formas. La primera atiende a los resultados. Un equipo que solo gana 4 partidos de 31, aunque solo haya perdido en once, está absolutamente condenado en una liga de tres puntos por victoria. Con el baremo anterior a 1995, cuando las victorias valían dos puntos, el cuadro cántabro marcharía en una cómoda posición con casi total seguridad, pero eso solo son castillos en el aire y anhelos del pasado.

Ese escaso bagaje de victorias se explica en su bagaje goleador con 31 tantos a favor. Una media de a gol por partido. Sin embargo este no es de los peores, pues hay cinco equipos, incluidos todos sus rivales directos por la salvación salvo el Real Oviedo, que marcan menos goles. Pero el hecho de que sus delanteros solo hayan logrado 6 goles de esos 31 sí explica el porqué de la sensación de escaso poder ofensivo del cuadro que entrena José Luis Oltra.

De hecho es que el delantero que más goles lleva, Nuha Marong, con tres, se fue del equipo en enero. De los restantes solo David Rodríguez con dos goles, sabe lo que es celebrar más de uno que llevan Barral, Jon Ander y Guillermo. Solo Cejudo, máximo goleador racinguista con ocho tantos, suma más que todos ellos.

Un registro que no se veía hace casi seis décadas

Unos números de una delantera racinguista que pocos recuerdan tan negativos y de hecho hay que remontarse a varias generaciones atrás para verlos. Un total de 58 años hacia atrás, hasta la temporada 61/62 en la que el equipo que entrenaron Otto Bumbel y Luis Villalaín, que acabó descendiendo a Segunda División. Entonces, tras 31 partidos jugados, los delanteros centro del Racing, Odriozola, Suco y Parodi llevaban los mismos 6 goles que la actual del cuadro cántabro,

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