Foto: Daniel Barone
Como siempre decimos, nuestro deporte no es para cualquiera, hoy vamos a hacer un repaso de lo que fue nuestro fútbol en materia de técnicos, ya que todos los dirigentes hablan de largos procesos cuando contratan a un entrenador, pero la paciencia es escasa cuando los resultados deportivos no llegan enseguida, son pocos los que logran dirigir varias temporadas a un mismo equipo y en el otro extremo tenemos a los que duran pocos partidos y son despedidos de un club por no obtener buenos resultados y semanas después son contratados por otra institución dentro del mismo campeonato para salvarlos de un posible descenso.
Comenzaremos por los clubes que no han cambiado técnico en este último torneo: Marcelo Gallardo el que más tiempo lleva en su cargo en un mismo club, gracias a sus logros en River Plate, asumió en mayo de 2014. Ricardo Zielinski llegó a dirigir a Atlético Tucumán en 2017 y posicionó a su equipo a nivel sudamericano, tanto es así que lo clasificó para jugar la Copa Libertadores 2020. Luis Zubeldía asumió en Lanús en el mes de septiembre de 2018 y si bien no tuvo grandes logros, mantuvo un buen nivel en la Superliga. Sergio Rondina tomó el mando de Arsenal en 2018, cuando el club corría riesgo de descender, finalmente así lo hizo, pero al año siguiente lo ascendió a primera división y en la primera parte de este campeonato fue uno de los equipos revelación gracias a sus ocho triunfos. Argentinos Juniors contrató a Diego Dabove en 2019 y renovó su vínculo por un año más conforme con su rendimiento. Alexander Medina es un joven entrenador uruguayo, dirige a Talleres de Córdoba desde 2019 y parece estar cómodo en la institución. Diego Cocca dirige Rosario Central desde el año pasado para alejarlo del descenso, algo que parece estar logrando. Frank Darío Kudelka está al frente de Newell´s Old Boys desde el comienzo de la Superliga pasada, es otro conjunto que quiere alejarse de la zona del descenso, hasta ahora con muy buenos resultados.
Tres fueron los técnicos que se alejaron recientemente de sus clubes por distintos motivos: Gabriel Heinze se fue de Vélez Sarsfield incómodo con los dirigentes por la venta de varios de sus jugadores, antes del parate obligado lo reemplazó interinamente Guillermo Moriggi. Los otros dos por malos resultados, Gustavo Coleoni en Central Córdoba de Santiago del Estero, luego de tres años, donde descendió al Federal A y ascendió dos veces, a la B Nacional y a Primera división, su punto máximo fue llegar a la final de la Copa Argentina, perdiendo con River Plate. Leonardo Madelón se alejó de Unión de Santa Fe, luego de tres temporadas, a pesar de haber pasado de ronda en la actual Copa Sudamericana, también quedó afuera de la Copa Argentina en 32 avos de final con Dock Sud.
El resto de los clubes cambiaron sus cuerpos técnicos durante la Superliga, algunos en más de una oportunidad: Lucas Bernardi fue el primero de la lista, se fue de Godoy Cruz luego de las tres derrotas consecutivas al comenzar el torneo, totalizó en el club 21 partidos, cuatro victorias, nueve empates y ocho derrotas. En la quinta fecha Hernán Crespo dejó Banfield, luego de obtener un triunfo, un empate y tres derrotas, había dirigido 15 encuentros con dos ganados, seis empatados y siete perdidos. También en la quinta fecha Darío Ortíz dejó de dirigir a Gimnasia y Esgrima de La Plata por malos resultados, de esos cinco partidos perdió cuatro y redondeó su trabajo con 19 cotejos, seis triunfos, seis empates y siete derrotas. En la fecha seis, Juan Pablo Vojvoda fue despedido de Huracán, había perdido 3, empatado 2 y solo ganó un partido. Gustavo Álvarez estuvo en Aldosivi de Mar del Plata hasta la fecha ocho, había arribado al club en la B Nacional en 2017, lo ascendió al año siguiente, sumó 47 partidos, ganó 19, empató 12 y perdió 16. Sebastián Beccacece dirigió Independiente hasta la fecha 10, se fue con 16 dirigidos, ocho triunfos, un empate y siete derrotas, incluidas las eliminaciones en la Copa Sudamericana y la Copa Argentina. Juan Antonio Pizzi transcurría la segunda etapa en San Lorenzo, pero debió renunciar en la fecha 11, luego de cuatro meses con cinco triunfos, dos empates y seis derrotas. Mario Sciaqua dio un paso al costado en Patronato de Paraná en la fecha 14, tras siete derrotas, cuatro empates y solo tres victorias en el campeonato. Mariano Soso realizó la pre-temporada en Defensa y Justicia, pero se fue cinco días antes de comenzar la segunda parte del torneo, el motivo fue la venta de varios jugadores que él consideraba imprescindibles para su conjunto. Otros que llegaron a fin de año y no siguieron fueron Eduardo Coudet en Racing, que se fue campeón de la Superliga 2018/2019 y el torneo de Campeones. Pablo Lavallén en Colón de Santa Fe luego de conseguir solo 16 puntos en 15 partidos disputados y Gustavo Alfaro debió irse de Boca Juniors, ya que la nueva dirigencia al mando de Amor Ameal y Juan Román Riquelme al frente del departamento de fútbol no le renovaron su contrato, finalmente llegó Miguel Ángel Russo y fue campeón, ganando seis partidos y empatando el restante. Gabriel Milito se fue de Estudiantes de La Plata cuando por Copa Argentina perdió con Deportivo Laferrere y la Superliga estaba en la fecha 22.
Evidentemente en nuestro país la profesión de director técnico de fútbol es altamente peligrosa y estresante, ya que los dirigentes prometen todo antes de comenzar su trabajo y ante la falta de triunfos son los primeros en prescindir de su trabajo, pero los realmente responsables de esto son ellos mismos que contrataron a ese técnico creyendo que son la salvación de la institución, sin darse cuenta que los buenos momentos se ven a través del tiempo de trabajo serio, cosa que nunca hacen, solo pretender soluciones mágicas en lo inmediato. Es notable que nos falta mucho camino por recorrer, no solo en lo dirigencial sino también en lo organizativo, con mucha fe esperamos algún día llegar al ideal de buen deporte.
Escrito por: @DanielBarone11