A día de hoy en el Sporting no ha habido cambios respecto a cuando la actividad del fútbol se detuvo en seco por la crisis sanitaria. Con los futbolistas entrenando por su cuenta en sus domicilios, los empleados del club que pueden también lo hacen por la vía del teletrabajo desde los domcilios. Una circunstancia que incluye al presidente, consejo de administración y dirección deportiva.
En el club no tenían pensado tomar ninguna medida de reestructuración por el parón, como mínimo, hasta finales de abril. Llegada esa fecha, si las condiciones fueran aún de incertidumbre total sobre el regreso a la competición, si se valorarían medidas. Pero el choque frontal en la negociación entre LaLiga y la AFE ha cambiado el escenario. Dado que no va a haber un acuerdo entre ambas partes, la patronal ha recomendado a sus clubes que acometan, bien negociando o bien por un ERTE, medidas para reducir el impacto económico en estas fechas.
El expediente de regulación de empleo no es ahora mismo la carta que quiere jugar el club rojiblanco. Una negociación con los capitanes (Carmona, Mariño, Babin y Pablo Pérez son los representantes de la plantilla) para recortar algo los sueldos de la primera plantilla. Con ello la medida va destinada a que el que es el mayor gasto actual en el club, los salarios de los futbolistas, re reduzcan y poder evitar un ERTE a la totalidad de una plantilla de empleados que ronda los 300.
Solo en el caso de que no haya acuerdo, el Sporting valorará el solicitar un ERTE. No obstante en las últimas horas el aumento de las posibilidades de volver a la actividad futbolística a finales de mayo ha hecho que esas conversaciones previstas para finales de esta semana se dilaten a después de Semana Santa. Ante la posibilidad de que la oscuridad y los nulos ingresos de la entidad tengan ya una probable fecha para su fin, el club tendrá más variables para consensuar esa posible rebaja. Todo sea por evitar que todos los trabajados de la SAD sufran las consecuencias de un ERTE.