Son tiempos difíciles para tomar decisiones drásticas y de cambio. En el Sporting había un nombre que llevaba muchos meses en la picota; el de Miguel Torrecilla. El director deportivo salmantino era uno, sino el que más, objeto de las críticas en el entorno deportivo del cuadro rojiblanco. Tres años buscando el ascenso sin lograrlo -si bien esta campaña aún podría lograrse- han hecho a la afición estallar contra él.
No obstante en el club, aunque acusaban cierto desgaste de estas críticas y campañas de desgaste en diversos medios de comunicación, se mantenía una notable confianza en la gestión de Miguel Torrecilla. La profesionalización de todo el personal de la secretaría técnica, la implementación de bases de datos (el llamado big data) para el seguimiento y monitorización de jugadores propios y ajenos y una política de traspasos que ha dejado en las arcas unos 20 millones de euros, hacía que en el Consejo de Administración y más particularmente, Javier Fernández, el salmantino tuviera aún margen de confianza en él.
Una posible continuidad quedaba entonces supeditada a la reacción del equipo con la llegada de Djukic, nueva apuesta del salmantino para el banquillo. Tras un inicio irregular, el equipo parecía haberse asentado mostrando un notable crecimiento. Aunque aún lejos -a cinco puntos de la sexta plaza- el convencimiento en que se podía pelear por esas plazas de play-off era total antes del parón de la competición. Desde luego si el equipo se hubiese colado en circunstancia normales en play-off y peleado el ascenso, la continuidad de ambos sería muy probable.
Pero este parón lo ha cambiado todo. La situación está paralizada y la crisis económica, de la que el fútbol no se librará, que ya empieza a llegar tras la pandemia obligará a apretarse el cinturón. Eso hace que los cambios en el club no solo no sumen, sino que puedan restar. La llegada de un nuevo director deportivo, que se vería obligado a acometer un fuerte recorte de gastos, sería contraproducente. Por ello la continuidad de Torrecilla es, ahora mismo, una opción muy real. Incluso podría haber oferta sobre la mesa de renovación por una campaña, aunque sin respuesta del salmantino por ahora.
El futuro de Djukic, ligado a su continuidad
Ligado a la continuidad del salmantino está la continuidad de Miroslav Djukic. El trabajo del serbio es muy bien valorado por todos los estamentos del club. Incluso varios jugadores alaban que con él al frente han ganado cosas que antes no tenían. Su llegada al Sporting fue una apuesta, probablemente la última salvo reacción casi milagrosa, de Torrecilla. Su futuro como director deportivo en Gijón se ligaba al buen hacer del ex-jugador de Deportivo, Valencia y Tenerife.
La mejoría con Djukic del equipo es ahora mismo indiscutible. Su apuesta por Bogdan ha dado resultados y el plus aportado por Murilo de Souza, otra apuesta de Torrecilla, ha elevado el nivel general del equipo, sacándolo de la zona baja y acercándolo al play-off. Pero en el club no valoran la renovación del técnico de forma independiente. Si hay cambio en la dirección deportiva, quieren que sea el nuevo encargado el que elija al entrenador. Por eso mismo el futuro de ambos queda ligado a la continuidad o no de Miguel Torrecilla.