Se esperaba cierta comprensión desde la UEFA para la disputa de la Copa del Rey, pero no será así. El máximo organismo del fútbol europeo no permitirá cambiar de temporada con partidos pendientes como era intención tanto de ambos finalistas como la RFEF. Ninguna de las tres partes deseaba un escenario de jugarlo sin público, pero todo apunta a que tendrá que ser así por imposición.
El organismo que preside Aleksander Ceferin, se ha mostrado firme con la posibilidad de que la final de Copa del Rey se aplace sine die. No aceptará que un partido correspondiente a la campaña 2019/2020 pueda disputarse en la 2020/2021. Es por ello que, como ocurría con las ligas, a las que ponía coto para finalizar el en julio o principios de agosto como máximo, ocurre lo mismo con la final de Copa. De esta forma la final tiene fecha límite; el 3 de agosto. De no jugarse antes de esa fecha, UEFA otorgará la tercera plaza de Europa League a quien finalice en séptima posición.
Una decisión que ha sentado como un jarro de agua fría en ambos clubes, pero sobre todo en ambas aficiones. Una final destinada a ser una fiesta del fútbol, no solo español, sino también vasco, se jugará sin un solo aficionado fiel en las gradas. Ahora falta que la RFEF fije la fecha, que es de esperar lo haga de consenso con los clubes y obviamente también con LaLiga, para no pisarse fechas. Lo que parece claro es que, a día de hoy, el 31 de julio o el 1 de agosto apuntan a ser las fechas más probables para su disputa
La sede también podría cambiar
Otro punto a valorar es un posible cambio de sede. Aunque ésta debía disputarse en el Estadio de La Cartuja en Sevilla. Dado que tendrá que celebrarse a puerta cerrada y sin público, todas las partes han deslizado que jugar en la capital andaluza a finales de julio o principios de agosto no es la mejor opción. De esta forma toma mucho cuerpo que se escoja otra sede más cercana tanto a Bilbao y San Sebastián donde la climatología sea menos influyente. Ahí surge Mendizorroza como una de las opciones.