A lo largo de su vida, de su carrera y más en los últimos años, donde tiene fama de jugador «sucio» y «violento, a Rafael Jiménez Jarque (Valencia, 12 de agosto de 1993) le han llamado muchas cosas. Pero si algo ha demostrado ser y tener Fali en el día de hoy es íntegro consigo mismo y tener palabra. El central del Cádiz estaba citado como el resto de la plantilla gaditana a pasar la prueba de detección del COVID-19 previa a poder reanudar los entrenamientos y, más adelante, la competición.
Semanas atrás el defensa valenciano ya avisó de que su intención era no entrenar ni jugar un minuto mientras la situación siguiese sin medidas totales. Unas medidas totales que son imposibles de garantizar como expresaron algunos de sus compañeros de vestuario que si han acudido a la cita. El mayor ejemplo fue Juan Cala, precisamente su pareja en el centro de la defensa.
Desde el Cádiz siempre intentaron restarle importancia al asunto, tratando el asunto en privado. Pero ahora a la entidad se le puede presentar un problema algo mayor. Sin hacerse ese test, no podrá volver a los entrenamientos, por lo que tampoco podrá participar si la situación se enquista en la futura reanudación de la competición. Pero el jugador asume que no jugará, pero será fiel a sus principios, como asume que tampoco cobrará su salario.
Esto derivaría en un problema para Álvaro Cervera y el Cádiz, que perderían a un hombre que se demostrado ser básico en los planes del entrenador cadista.