Hace un año exactamente, Pape Maly Diamanka (Dakar, Senegal, 10 de enero de 1990) estaba despachando una enorme campaña en el Numancia. Dirigido por Aritz López Garai llevaba anotados nueve goles en 34 partidos. Quedaban aún varios por jugarse, pero una lesión hizo que solo disputase tres más, hasta los 37.
Esa temporada le había puesto en el mercado donde se lo rifaban tras darle el Numancia por perdido. Su director deportivo César Palacios asumía en abril de 2019 su marcha: «Las ofertas que maneja el jugador son inasumibles para nosotros». Y es que el senegalés contaba entonces con dos ofertas encima de la mesa de Real Oviedo y Tenerife superiores a lo que el cuadro soriano podía llegar a asumir económicamente.
Más tarde se uniría el SM Caen francés, recién descendido a la Ligue 2 francesa, pero el camino de Diamanka apuntaba rumbo a Oviedo. La propuesta azul, en todos los ámbitos era la que más seducía al jugador. Incluso se llegó a decir que había dado el sí, algo que el jugador negaría al llegar al Girona. Porque cuando todo apuntaba a que Diamanka vestiría la camiseta carbayona, apareció el cuadro blanc-i-vermell con una oferta que no pudo rechazar.
Un año para olvidar
Pero en el fútbol es habitual que la memoria no existe. De hecho es algo comprobado en centenares de ocasiones. Diamanka llegó al Girona para reforzar un club que, no solo por su condición de descendido, sino por plantilla, presupuesto y todo debía pelear el descenso. El senegalés asumía la responsabilidad de que ganarse un puesto en el equipo sería complicado, pero en un principio lo logró. Hasta la destitución de Juan Carlos Unzúe jugó 10 de los 13 partidos disputados en liga.
Pero con la llegada de Pep Lluis Martí fue poco a poco desapareciendo. Su rol pasaba a ser -salvo en Copa del Rey- de titular a revulsivo o caerse de las convocatorias. Poco a poco fue disminuyendo su partipación y tras un pésimo partido de todo el equipo en el Heliodoro Rodríguez López y la eliminación en Copa frente al Villarreal de forma contundente Diamanka, desapareció.
El senegalés firmó en verano por tres campañas con opción a una cuarta. Pero su realidad ahora es muy diferente. Se antoja muy difícil que permanezca la próxima campaña en Girona, pero faltará ver si los equipos de la categoría de plata aún se acuerdan de él tras un mal año.