Es bien cristalino que el objetivo del Real Oviedo debe ser, primero, lograr salvar la categoría. En una campaña de alto sufrimiento eso es algo que ni mucho menos está hecho. Al cuadro de José Ángel Ziganda le vino el parón de la competición en posiblemente su peor momento, ya que había encontrado una imagen reconocible, pero que sobre todo daba resultados. Las dos victorias antes de la paralización así lo confirman.
Pero esto no detiene el trabajo de una dirección deportiva que tras asegurarse que la inmensa mayoría de jugadores cuyos contratos expiraban el 30 de junio sigan para acabar la temporada. Francesc Arnau trabaja ya en un boceto del curso que viene. Eso pasa por renovar a Rodri y Grippo como jugadores que llegaron en invierno. Después también está sobre la mesa renovaciones como las de Christian Fernández o Saúl Berjón, que el propio capitán reconoció estar totalmente paralizada.
Pero de cara al próximo curso Arnau también pretende cuatro deseos más. Cuatro extensiones de la vinculación con el Real Oviedo de cuatro jugadores que están cedidos en el club. Son, según avanza El Desmarque, Lunin, Luismi, Ortuño y Bárcenas, aunque todos ellos viven situaciones muy diferentes.
En el caso de Luismi parece el más sencillo. El pivote andaluz llegó cedido por el Valladolid donde no contaba. En caso de permanencia blanquivioleta en Primera, su continuidad en Oviedo quedaría muy allanada, bien como cedido o en propiedad. El siguiente caso que puede ser factible es el de Alfredo Ortuño. A pesar del bache que tuvo el delantero los últimos meses, en el club no dudan con él. Sin embargo tiene contrato en Albacete hasta 2021 y el club manchego no va a poner fácil su salida, incluso aunque no cuenta con él; aspecto que no está nada claro.
Lunin y Barcenas, muy difícil o imposible
Más complicado, por no decir prácticamente imposible, se presentan los casos del portero ucraniano y del extremo panameño. El ucraniano volverá al Real Madrid. El cuadro merengue pretende que sea el competidor de Thibaut Courtois en una lucha con Luca Zidane, siempre que el francés no pida salir cedido de nuevo para contar de más minutos. Por ello el futuro de Lunin pasa por estar a casi 500 kilómetros del Carlos Tartiere.
En el caso de Bárcenas es tan compleja su situación, que no está claro aún pueda incluso acabar esta tempoada. Su cesión desde el Club Tijuana finaliza el 30 de junio y hasta la fecha el Real Oviedo no ha asegurado su continuidad más allá de esa fecha, aunque Arnau trabaja en ello. Sin lograr eso se antoja, ahora mismo, buscar la continuidad más allá de esta campaña. Además el panameño ha visto mermado su protagonismo, no siendo titular indiscutible, algo que tampoco agrada al jugador, cuya segunda temporada en la capital del Principado ha sido inferior a la primera.