Eduardo Quaresma (Barreiro, Portugal, 2 de marzo de 2002) es una de las estrellas emergentes del fútbol portugués. Un central de 18 años en el punto de mira de Atlético de Madrid o Milán, tal y como informa el diario A Bola. El joven defensa ha aprovechado la vuelta a los entrenamientos tras el parón por la pandemia para ganarse la confianza de Rúbem Amorim, que dirige al Sporting desde marzo.
El central tiene contrato con el club portugués hasta el 2022 y, si bien su cláusula es actualmente de 25 millones, la prensa lusa apunta que ya se han iniciado las negociaciones para blindar a una de las nuevas perlas de Portugal, cuya cláusula aumentaría a 45-50 millones para evitar que algún club pueda llevárselo sin oposición.
Pese a su juventud, ya participó en la última pretemporada con el la primera plantilla en Portugal, además de viajar a Estados Unidos para medirse al Liverpool en el Yankee Stadium de Nueva York; unos días con el conjunto entonces dirigido por Marzel Keizer que le ayudaron y motivaron a afrontar la temporada, como aseguró en una entrevista concedida recientemente a la televisión del club.
Un talento precoz
Ese trabajo le permitió hacerse un hueco en el equipo sub-23, con el que ha disputado 23 de 35 choques, a lo que hay que sumar la gran actuación que hizo con Portugal en la Euro sub-17 del año pasado, competición de la que fueron apeados por Italia en cuartos de final (1-0). Quaresma ha defendido la elástica nacional desde la categoría sub-15 y ha participado en encuentros de la sub-18 y la sub-19.
Algunos ya lo ven como el relevo natural del uruguayo Coates y el francés Jeremy Mathieu, con quienes ya ha tenido la oportunidad de ejercitarse. “Cuando vine a entrenar con el primer equipo, Luis Neto, Sebastián Coates, Jérémy Mathieu e Ilori me ayudaron mucho en el entrenamiento. Siempre sentí que el grupo me ayudó mucho. Son todos un diez, es un grupo muy unido”, asegura el joven central.
Si bien todos le han ayudado, Quaresma no ha dudado en señalar a uno de sus ídolos, el francés y ex del Barcelona, Mathieu: “Es mi ejemplo a seguir en el Sporting, es increíble. Cuando lo vi por primera vez en el entrenamiento pensé que no era real. Me he ido acostumbrando y cada vez me gusta más verlo jugar y entrenar con él”.
Sus virtudes
Su metro ochenta y cinco es uno de sus principales valores, ya que, pese a ser alto, tiene una buena velocidad punta que le hace difícil de superar, sumado al buen nivel táctico que ha demostrado tanto en la marca al hombre, como en el juego aéreo y la anticipación.
Ofensivamente, su precisión en los pases cortos y largos, además de una buena visión de juego, le otorga la polivalencia de poder jugar puntualmente en el centro del campo, algo que ya se ha visto en algún partido del Sporting y que le convierte en un jugador aún más completo. Una atención a la que parece haberse sumado el Milán -según prensa lusa e italiana-, cuya oferta de 10 millones hecha esta misma semana no habría llegado a buen puerto.
Al interés del Milán habría que sumar los rumores sobre el seguimiento del RB Leipzig, club siempre atento a las jóvenes perlas europeas, así como el del Atlético de Madrid, que habría tratado de hacerse con sus servicios el año pasado tras ofrecerle un contrato por cuatro años.