Recientemente en Valencia ha habido varias despedidas futbolísticas. Los dos grandes equipos de la ciudad han anunciado varias marchas, pero, sin duda, el que más furor ha causado en este sentido ha sido el Valencia CFF. ¿Se acerca un nuevo ciclo? Con tantas despedidas, todo parece indicar eso.
En el caso de la entidad ché, se han despedido varias de las capitanas, y también jugadoras veteranas y con un gran bagaje en el equipo. Y, todo parece indicar, no por su propia voluntad. Tampoco de la mejor forma, como se puede concluir con facilidad. ¿Por qué? La razón principal es que no han podido despedirse en el campo… y al principio, tras el anuncio de las marchas, el Club recibió más de una crítica por la frialdad de la despedida.
Etapas y nuevo ciclo: larga lista de despedidas
Así, pues, se despiden de la que fuera su casa durante varias temporadas: Maria Pi, Mandy van den Berg,Paula Nicart, Mónica Flores, Zenatha Coleman, Mari Paz Vilas, Carolina Férez, Natalia Gaitán, Gio Carreras y Naiara Beristain. Algunas de ellas canteranas o llevaban más de un lustro en la entidad, otras justo lo cumplían esta temporada, y las demás, si bien con menos temporadas, habían demostrado buen nivel y rendimiento. Además, a media temporada ya se anunció una rescisión de contrato y un cambio en el banquillo – otra temporada más de inestabilidad en este ciclo del Valencia CFF que se inició con el cambio de manos que vivió la sección unas temporadas atrás.
Todo parece indicar que el Valencia CFF entra en un nuevo ciclo. Y nada lleva a pensar que pueda ser tan positivo como el que se cierra. Temporada tras temporada, desde hace tres campañas, el proyecto ha ido perdiendo activos: jugadoras, entrenadoras… y hasta directivos. Lo que había sido un proyecto potente, aprovechando un buen ciclo de jugadoras, se desmoronaba por momentos. Pero conseguían mantener a varios de los puntales del equipo, que solían ser capaces de no sufrir demasiado para sacar adelante las temporadas.
Mas, desde lejos se veía: algo no iba bien en la entidad ché. No lograban cerrar grandes fichajes y a menudo las salidas no eran cubiertas por las llegadas. Y, del banquillo, ¿qué decir? En ocasiones han llegado a tener tres ocupantes en una misma temporada. Resumen: inestabilidad para cerrar el mejor ciclo del equipo.
La inestabilidad… ¿y la permanencia como objetivo?
Con tanta entrada y salida, año tras año, el cuerpo técnico de turno, debía adaptarse a lo que encontraba. Durante un tiempo tuvieron a varias futbolistas sobre las que construir equipo – y proyecto. Ahora, muchas de ellas, se marchan, dejando un vestuario y una afición prácticamente huérfanos. Y, se marchan, con resquemor y contra su voluntad, tal y como se puede fácilmente ver leyendo sus comunicados de despedida.
Desde que cambió la directiva de la sección femenina la inestabilidad se instaló en su interior. Y no se ha podido salir de ahí, en ninguno de los ámbitos: desde los despachos hasta el campo. Parece ser que el equipo ha dejado de tener los primeros puestos como objetivo… ¿para pasar a tener en su lugar el de la permanencia? Si no lo remedian, ese podría ser el destino de uno de los grandes clubes en su sección femenina: luchar por la permanencia, o vivir el descenso.
Porque esta temporada ni el cambio en el banquillo ni el regreso de lesión de algunas futbolistas han podido revertir el rumbo. Y, de no ser por el atípico final de campaña, podrían haber terminado descendiendo. De terminar terceras en 2017 a estar en posiciones de descenso en 2020. ¿Quo vadis, Valencia CF Femenino? ¿A dónde lleva la dirección del Club a su sección femenina? Habrá que esperar a la próxima temporada para resolver estas dudas.
Por Helena García (@hgamo18)