Desde hace meses todo lo relativo a Thomas Partey (x) empezaba a oler mal. El Atlético, buscando una renovación a la que el jugador nunca respondía. Tras mucho insistir logró arrancarle a los agentes del centrocampista que todo se hablaría a final de temporada. Sería entonces cuando se sentarían a hablar sobre el blindaje que el Atlético quiere hacerle al ghanés para subir su cláusula de los 50 millones actuales a, como mínimo los 80-90 millones.
Clave para Simeone, el club colchonero quería asegurar su continuidad. Aunque tiene actualmente contrato hasta 2023, su continuidad en el club está más entredicho que nunca. Con 27 años recién cumplidos, Thomas ha alcanzado su madurez futbolística. No es un centrocampista de trabajo, desgaste y recuperación al uso. Su capacidad para moverse por todo el campo es lo hace que el técnico argentino no lo saque del once en ningún partido de los considerados clave. Su importancia queda reflejada en que solo Saúl Ñiguez, como jugador de campo, ha jugado más minutos que él.
Pero en el Atlético ahora empiezan a ver la situación de forma muy pesimista, tal y como informa Antonio Ruiz de la Cadena COPE. Se tiene la certeza de que sus agentes han mantenido varias conversaciones con, al menos, con dos clubes ingleses. Uno es el Arsenal, mientras que el otro no ha trascendido. Son equipos que además creen en el Metropolitano estarán en disposición de poner sobre la mesa los 50 millones de su cláusula y llevárselo a la Premier League.
Una operación que, deportivamente, se considera desastrosa. Económicamente puede ayudar a mitigar mucho el impacto económico, pero sin duda sería necesario encontrar un jugador de ese perfil. Es bien sabido el interés que suscitan Arambarri e Idrissu Baba, pero si se produce, la baja de Thomas será un duro golpe para el estilo de Simeone.