El Sevilla deja vivo al Villarreal en la lucha por la Champions
Villarreal y Sevilla firman tablas tras un partidazo que cumplió las expectativas por la lucha europea. Tras un primer tiempo en el que el Villarreal fue mejor, el Sevilla empató y pudo ganar en la segunda mitad. La lucha por Europa sigue viva.
Con la Champions en el horizonte y decenas de kilómetros acumulados en las piernas en pocos días, tanto el Villarreal como el Sevilla marcaron esta jornada en rojo por la singularidad de estos tres puntos. Un partido de esos llamados «de 6 puntos» que cuentan con tantos alicientes deportivos como calidad a raudales sobre el campo. Sin embargo, Lopetegui tenía reservado un cambio de guion protagonizado por el aluvión de rotaciones que mermaron su planteamiento inicial; Calleja echaba toda la carne en el asador para continuar con su pleno de puntos tras el confinamiento.
La moneda cayó del lado amarillo
La capital importancia del devenir del partido se palpó en el respeto mutuo que se tenían ambos conjuntos desde que la pelota rodó. Si bien es cierto que los minutos iniciales sirvieron como tanteo, las aproximaciones a las áreas y el trabajo de las zagas no tardó en llegar. Las reservas que se guardó Lopetegui no las siguió Calleja, quien tenía en el campo sus principales armas. Gerard, en una de sus características caídas a banda, recibió y centró al corazón del área donde Anguissa entró de segunda línea, en un movimiento tan necesario como útil, pues el rechace lo cazó Alcácer para subir el 1-0.
El Villarreal demostraba la fuerza y consistencia que Calleja ha conseguido dotar a la estructura del equipo. En defensa más compactos y sin concesiones, el Sevilla no conseguía abrir las rendijas necesarias para hacer daño de verdad. De hecho, solo Escudero consiguió romper la imbatibilidad que Asenjo ostentaba en el regreso de las competiciones con un portentoso zurdazo de fuera del área, que dibujó una comba digna de romper estadísticas ajenas.
A parte del gol, los andaluces carecieron de mordiente e ideas en su zona más avanzada. El gol fue producto de una jugada individual y aislada, diferente a la producción grupal local. Al gol sevillano, el Villarreal no pudo rehacerse mejor: Pau Torres, consolidado ya en la élite, cabeceó al fondo de la red el último balón que se jugaría en el primer tiempo.
Reacción sevillista
Cuando escuchamos el concepto «pelea por Europa», las expectativas se alzan a la altura de un partido como este, con calidad, ambición y energía por doquier, teniendo claro que la balanza se desequilibra por detalles. Pau Torres se anticipó a su marca y su movimiento hizo valer un gol. Detalles que suman en partidos tan complejos y equipos tan parejos. Lopetegui revisó su plan inicial y en el descanso dio entrada a sus mejores puntales: Navas, Ocampos y Munir.
Con mucho que perder, el Sevilla dio un paso adelante y argumentó por qué es aspirante a la Champions. Controló los tiempos y manejó mejor el balón, que, a su vez, también frenó al Villarreal. La reacción no se hizo esperar y la constatación en el marcador llegó tras otro gran disparo alejado y difícil. Esta vez Munir, obstinado en reivindicarse, cruzó un disparo hacia la cepa del palo contraria que significó el 2-2.
Con el empate, el dominio visitante se hizo más patente aún y el Villarreal entró en una crisis de la que ya no escapó. Sin posibilidad de marcar los tiempos del partido, el fuelle se agotaba y solo la entrada de Bruno Soriano, tras 3 años lesionado, supuso una alegría en el cuadro amarillo. Cada equipo tuvo una parte en la que fue protagonista, pero el desenlace dejó un empate que supo a mucho para el Villarreal y a muy poco para el Sevilla tras los minutos finales, en una ocasión inmejorable para dar un golpe sobre la mesa en la lucha por Europa.